Educación e innovación
La semana pasada tuvo lugar en Davos, Suiza, la reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) en la cual un gran número de líderes empresariales, políticos, intelectuales y sociales de todo el mundo, buscan abordar temas relevantes que aporten al bienestar de la población y analizar los riesgos que se puedan presentar en el futuro. Fundado en 1971, bajo el nombre de Foro Gerencial Europeo, comenzó como una iniciativa de un grupo de líderes empresariales de Europa, dirigidos por el profesor Klaus Schwab, de Alemania, con el objetivo de discutir estrategias coherentes para que las empresas europeas pudieran enfrentar los desafíos del mercado internacional. Con el tiempo pasó a convertirse en uno de los principales centros de referencia en el que gobiernos, empresarios e investigadores de todo el mundo intercambiaban sus ideas. En esta edición, se reunieron cerca de 2.500 participantes de 140 países, incluidos cuarenta jefes de Estado.
Este año, a pesar de seguir siendo pesimistas con el crecimiento económico, los banqueros centrales y líderes empresariales fueron un poco más optimistas con las perspectivas económicas en comparación con el año anterior y prevén un crecimiento del 3,5%. Las conversaciones sobre estas perspectivas estuvieron enmarcadas en temas como la caída de los precios del petróleo, el cambio estructural en Brasil, China y Japón, el probable relanzamiento de la economía europea y el crecimiento robusto de los Estados Unidos.
Para el caso de Latinoamérica, se revisaron las amenazas a las que nos enfrentaremos por la caída de los precios de las materias primas, aunque esta situación se puede mitigar por el dinamismo de la economía americana. Durante el evento se presentó una investigación que abordó los desafíos que tienen los países de Latinoamérica, en temas de competitividad, para generar desarrollo en sus sociedades y mejorar el bienestar de sus habitantes; uno de los puntos más importantes de este informe y de mucha relevancia para nosotros puntualmente, es la invitación a avanzar en educación y formación de los niños y jóvenes en aptitudes para desenvolverse en un mundo global que les reclama idoneidad para innovar y emprender.
El mundo de hoy requiere de personas flexibles, con capacidad de generar y poner en marcha ideas innovadoras, con la habilidad de ver oportunidades donde otros ven amenazas. Esta realidad constituye un reto para nuestra región y particularmente para nuestro país, para no quedar rezagados y, por el contrario, podernos convertir en motor de crecimiento mundial en el futuro. Colombia viene haciendo un esfuerzo decidido en estos temas a través de programas coordinados desde el propio Ministerio de Educación, pero debemos garantizar un marco robusto con políticas y normatividad propicios para desarrollar el talento, desde la educación básica, hasta la profesional, a través de iniciativas público-privadas que dinamicen la formación en competencias tendientes a promover emprendimiento con innovación, para que esta se convierta en columna vertebral, en un proyecto estructural del desarrollo económico y social, para que además, podamos aumentar niveles de empleo, de riqueza y de prosperidad de nuestra población.