HENRY BRADFORD SICARD | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Septiembre de 2014

Tejido empresarial colombiano

 

Una gran incertidumbre surge sobre cómo debe constituirse el tejido empresarial en nuestro país para los nuevos retos a los que se tendrán que enfrentar nuestros empresarios en el futuro, teniendo en cuenta las nuevas dinámicas económicas entre las que se destacan la globalización, los tratados de libre comercio y la formalización de los empresarios colombianos.

Recordemos que en el país nacen cada año cerca de 300 mil unidades productivas, de las cuales cerca de 70 mil son sociedades legalmente constituidas y las restantes 230 mil, unidades establecidas como personas naturales. Esta dinámica positiva, observada en los últimos años en la consolidación de nuevos negocios es producto de los buenos resultados de nuestra economía; estos emprendimientos se han presentado principalmente en sectores como comercio, construcción, alojamiento y servicios de comida, industria manufacturera, minería  y algunas actividades profesionales. En cuanto a la división por regiones de estos nuevos desarrollos, en los últimos años, es destacable la participación de departamentos como Antioquia, Valle del Cauca, Guaviare, Bolívar, Cundinamarca, la Región Caribe, el Eje Cafetero y Bogotá D.C.

De la misma forma en que se crean ese número de unidades productivas cada año, un porcentaje elevado y creciente cesa actividades. En el último año han finalizado actividades productivas más de 100 mil unidades, de las cuales aproximadamente 12 mil son sociedades.

Con respecto a los nuevos empresarios que nacen día a día, estos se ven enfrentados a nuevos retos para llegar a ser exitosos. Uno de los principales desafíos que tienen estas nuevas empresas es la competitividad y para ello es fundamental la formalización de las unidades productivas así como el establecimiento de negocios creativos e innovadores, teniendo una visión clara de lo que se quiere lograr, sin olvidar la importancia de tener enfoque internacional. Nuestro país se encuentra inmerso en un mundo globalizado, donde cada día es más común encontrar productos que vienen de cualquier rincón del mundo y se hace inevitable que nuestros pequeños y medianos empresarios sean conscientes de este escenario; la firma de tratados de libre comercio con diferentes regiones del mundo hace necesario que los nuevos negocios tengan en cuenta que sus posibles competidores lleguen de otras latitudes y que adicionalmente, estos empresarios vean las oportunidades progresivas que surgen y los consumidores crecientes a los que pueden llegar. Muchos de los negocios que están naciendo en Colombia tienen esta visión y se encuentran ya aprovechando de manera satisfactoria las oportunidades que se presentan en el entorno comercial. Asimismo, muchas pequeñas y medianas empresas que ya existían han realizado ajustes a sus prácticas internas, mejorando sus procesos administrativos y lanzando nuevos productos o servicios, con los que logran atender eficientemente los mercados que se abren año tras año.

Sin embargo, considero que los emprendedores y empresarios debemos hacer un esfuerzo para aumentar la competitividad de nuestras instituciones a través de modernizar los procesos productivos, formalizar las operaciones e identificar mejor las necesidades, deseos y tendencias de los consumidores, para poder brindar productos de valor agregado y de esta manera fortalecer nuestro tejido empresarial.