La guillotina fue un invento que apareció durante los días turbios de la Revolución francesa de 1789 con el fin de aplicar la pena capital por decapitación.
Durante este período, los franceses desarrollaron lo que se conoció como el pensamiento ilustrado. Las ideas de filósofos como Voltaire, Montaigne y Rousseau comenzaron a hacer su efecto dentro de la sociedad francesa del siglo XVIII. El conocimiento humano es la llave para derrotar a la tiranía con el fin de construir un mundo mejor.
Apareció la Enciclopedia, obra donde se resume el pensamiento ilustrado la cual terminó por destruir y desacreditar a todo el sistema, al régimen. Quedaron consignados los principios filosóficos de dicha revolución: la razón, la igualdad, la fraternidad.
La situación se agravó.
Sucedió lo que nadie tenía pensado.
Se presentó una mala cosecha agrícola por un invierno muy prolongado, mientras que el rey Luis XVI se refugiaba en su palacio de Versalles con sus lujos exorbitantes.
El caldo de cultivo perfecto para que estallara la revolución francesa con las consecuencias de todos conocidas.
Lo acontecido durante la semana pasada en todo Colombia, 21N, guardadas las proporciones, es un caldo de cultivo el cual puede tener un desenlace inesperado.
Es lo que el profesor Toffler comentó en su famosa obra sobre La tercera ola con respecto a los submarinos que de pronto emergen en la superficie produciendo una ola que no se sabe a dónde nos puede conducir.
Hacía referencia, Toffler, a los cambios sociales que de pronto, súbitamente, emergen en la sociedad sin tener claridad hacia donde se dirigen. La sociedad no está preparada para ello.
Mientras estos cambios suceden, a la gente angustiada no puede pedírsele que espere. El Presidente Duque ha dicho que tenemos que esperar hasta el 15 marzo del 2020. ¿Estaremos vivos para esa fecha?
La angustia existencial es inmediata y el cambio debe serlo también. Del descontento social se pasa a la violencia urbana, que es lo que estamos viviendo y padeciendo.
La angustia existencial se siente en las calles. En las mañanas cuando el ciudadano de a pie se monta en un Transmilenio o cuando sale de sus trabajos para llegar a sus casas sanos y salvos.
Hay, angustia existencial, física, evidente.
Negar en estos momentos los evidentes problemas sociales que se presentan, sumado al evidente descontento generalizado por la gestión del actual gobierno, sería el primer paso para que el pueblo se rebote con más agresividad de la vista hasta el momento.
Aparte es el cambio generacional tan profundo el cual quedó en evidencia cuando en Bogotá se eligió a Claudia López.
Sí, no leemos correctamente este momento, podríamos tener un desenlace totalmente inesperado.
Hay que tener el valor y la personalidad para salir a enfrentar los problemas sociales.
Tiene el gobierno de Iván Duque la oportunidad única en la historia reciente del país para salir adelante de su crisis de gobernabilidad escuchando las peticiones sociales de un pueblo que se cansó de todo.
De lo contrario, es menester recordar que a Guillotine, lo guillotinaron.
Puntilla: Mientras tanto, el Dr. Alejandro Ordóñez comentó en su momento que la migración venezolana sería utilizada para generar el caos en la región. Tanto va al cántaro, hasta que se rompe…