Guías | El Nuevo Siglo
Sábado, 31 de Marzo de 2018

Se plantean criterios utilizados en el análisis y solución de problemas y dificultades. Se originan en la literatura y corresponde el primero a un poema anónimo del siglo XVII en España:/A mis soledades voy, /de mis soledades vengo,/porque para andar contento/me bastan mis pensamientos/. Se acude, luego, al comienzo del Quijote: “de cuyo nombre no quiero acordarme” y se llegó a esta conclusión porque el odio obstaculiza el goce de la vida y la producción intelectual necesarios a quien escribe. Se conoció frase de Jorge Luis Borges que complementa la anterior: “El olvido es la única venganza y el único perdón” y es lo único  compartido con el ex fiscal general Eduardo Montealegre.

 Agrada ver en el estudio, la aparición de la ética -hacer el  bien y evitar el mal- y la eficiencia -propia de la economía-  y tal combinación de conceptos transversales debería llamarse estética con perdón de los lectores. Deben rechazarse los chismes en su condición de rumores falsos e intención perversa y en el sentido antiguo, preponderante y desactualizado, de las “chivas”, pese a ser propios de la colombianidad y constituir el factor principal en la adopción de decisiones en nuestro país; por supuesto han de excluirse, también, la posverdad y los falsos testigos y testimonios y existe conciencia de la necesidad de hacerlo. Desagrada observar, en la política colombiana, las denuncias vibrantes de corrupción sin el soporte de pruebas, lo cual justifica la descalificación. Los jueces colombianos han obligado a realizar las debidas rectificaciones y es un caso en que el sistema judicial actúa como debe.

El criterio tal vez principal es el método científico y la versión de Carlos A. Sabino expuesta en El Proceso de Investigación (Panamericana Editorial, Bogotá, 1996) se resumió en “Chivas” (julio 1, 2017) en esta columna. Fue grato observar que la metodología científica está en abierta contradicción y desvirtúa los chismes y aquella perversión llamada “chiva” durante el siglo pasado. Tal procedimiento tiene el efecto práctico de conducir a la averiguación de la verdad (objetivo fundamental), producir la identificación y evaluación de alternativas, evitar pronunciamientos apresurados, propiciar la prudencia y deprime observar actitudes en desviación de lo señalado. No se olvida el criterio del “abogado del diablo” de Daniel Coronell: señalar exhaustivamente los inconvenientes de determinada solución.