El caso de Venezuela se ha convertido en un factor desestabilizador de la región latinoamericana, que puede llegar a tener grandes repercusiones en nuestro país. Por mencionar un solo ejemplo es evidente el gran reto que tenemos como región de atender las migraciones fruto de la profunda crisis humanitaria que están padeciendo nuestros hermanos venezolanos, como consecuencia de la debacle económica, social y política generada por la dictadura reinante en el país vecino.
Guardadas las proporciones, Colombia y la región están llamadas a generar una reflexión similar a la que se ha generado en la Unión Europea frente a temas tan complejos como la migración Siria, donde se ha debatido, bajo una perspectiva global, la necesidad de atender simultáneamente la necesaria seguridad y protección social de los nacionales y el deber ético de ayudar a quien padece dificultades humanitarias como habitantes de una misma aldea global.
El análisis y la estrategia que desde Colombia debemos hacer frente al tema, deberá partir de reconocer los profundos lazos de amistad y solidaridad que desde siempre nos han unido con Venezuela, y por qué no decirlo, reconociendo la deuda moral que como colombianos tenemos con nuestro vecinos, por la generosa acogida que décadas atrás ellos le dieron a cientos de miles de colombianos que migraron hacia Venezuela, en búsqueda de un mejor futuro cuando las condiciones de progreso y desarrollo de esa nación eran altamente positivas y sustancialmente opuestas a la actual coyuntura.
Claramente Colombia no está en su mejor momento económico y son inmensos los compromisos que tenemos con nuestros nacionales en el proceso de reconstrucción de nuestro país de cara al posconflicto y las demandas sociales que tenemos, pero tenemos que actuar con grandeza, gran creatividad y demandar una solución regional a este importante tema. Nuestros hermanos venezolanos nos necesitan y no podemos darles la espalda. Invito al Gobierno y a los empresarios a liderar una reflexión estratégica y de carácter regional, que identifique mecanismos que nos permitan atender simultáneamente las necesidades locales y la urgente atención de nuestros connacionales de la Gran Colombia.