Gloria Arias Nieto | El Nuevo Siglo
Viernes, 15 de Mayo de 2015

PUERTO LIBERTAD

¿Mucho pedir?

Me  preocupa el relanzamiento de Peñalosa.

No me asusta que gane: me da miedo que pierdan él y Pardo. Y sobre todo, Bogotá.

La gente que votaría por Peñalosa o por Pardo es sustancialmente la misma. La que está cansada de ineficacia, hamponería y mugre, huecos y guachadas que llueven por todas partes, como en las duchas de veinte chorros. La gente que no traga populismos baratos, ni le echa leña al fuego de la lucha de clases.

¿Se acuerdan lo que pasó cuando compitieron el mismo Peñalosa, Luna, Gina y Galán? Los cuatro fueron cuatro, y no fue ninguno; matemáticamente era imposible que alguno de ellos  ganara. Todos sumados habrían derrotado con creces a Petro. Pero Don Gustavo tuvo el brote de inteligencia que no tuvieron los otros: capitalizó él solo (bueno, algo compartía con Aurelio Suárez, siendo Aurelio mucho más técnico y menos disociador), el odio contra la oligarquía, el hambre y la inequidad… el odio contra todo lo que nos tiene congelados en una falsa zona de confort, como parados sobre una delgada  tela de hielo, encima de aguas gélidas y profundas.

Peñalosa, prepotente y sobrado como es, pero  buen conocedor de Bogotá y de la dinámica de ésta y de muchas grandes ciudades del mundo, demostró en líneas generales ser  buen alcalde. No fue ni mucho menos perfecto, pero pensó, planeó, ejecutó. Hizo cosas chambonas, pero en un balance de gestión, el resultado queda en números positivos. Peñalosa sabe cómo gerenciar a Bogotá.

Y Pardo también. Pardo -además de saber gerenciar- tiene otros valores agregados. Ni simpático ni antipático, ganaría porque la gente es capaz de ver en él un hombre decente, pulcro, correcto en sus manejos. Un hombre con las neuronas bien organizadas, que no vive en función de la demagogia, ni del espectáculo  del rencor. Pardo es un hombre sensato, pensante, y el único respiro que ha tenido Bogotá en los últimos años, fue cuando él estuvo encargado de la Alcaldía.

¿Ven lo terrible? Ambos podrían ser buenos alcaldes… Pero si se enfrentan, no va a ganar ninguno de los dos.

Clara López, -sola, mujer y creo que honesta- recoge las banderas de lo que queda de la izquierda, y barrería con unos opositores que llegaran divididos a las urnas.

Clara, un escritor existencialista o un pintor del cubismo, pueden ser inteligentes y creativos, pero ¡a ninguno lo quisiera de alcalde! Ahora lo que necesitamos no son genialidades abstractas, sino gerentes que sepan administrar recursos, priorizar, curar a Bogotá y concebirle un mejor futuro.

La única esperanza es que a Peñalosa o a Pardo, les pueda más el sentido común que el deseo de gobernar; la generosidad con Bogotá, que el egoísmo de un improbable triunfo; y cuando todavía haya posibilidad de maniobrar, uno de los dos decline su aspiración y pida públicamente a sus seguidores  respaldar al otro, y así frenar a Clara.

¿Mucho pedir? Sí; pero preferible pedirles eso a ellos, que toneladas de Nervocalm y Resignated al señor de la droguería.

ariasgloria@hotmail.com