GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Octubre de 2013

PUERTO LIBERTAD

Al Congreso ¡le vale!

Me exaspera que la salud siga siendo la Cenicienta de la agenda pública. Pareciera que siempre hay en la asignación de las muchas o pocas neuronas de los gobernantes, y en los horarios de los senadores, cosas más importantes que la salud de las personas.

El 80% de los colombianos no ve la guerra como el principal de nuestros problemas; ni el abandono del campo, la miseria, o que 14 millones de compatriotas sigan sumidos en la pobreza. Para el 80% de los colombianos, el más crítico de los temas, es la salud. Pero a la Plenaria del Congreso, ¡le vale!

Nos quedan tan mal elegidos los representantes, que rara vez representan al pueblo que los eligió. Claro, hay unos pocos -poquísimos- senadores poderosamente lúcidos; pero no por ser senadores, sino porque su estructura mental, su formación y  conciencia, los hace brillar en cualquier escenario. Son íntegros y valientes y no hay nada que los contamine. Ni siquiera el Senado.

La amorfa mayoría de los mal llamados honorables padres de la patria (HPP), ¡es una dañina y costosa babosada! Obviamente la culpa no es solo de ellos -por ajenos, vendidos o ineptos- sino de los electores, por dejarse embaucar en el juego perverso de una democracia de bolsillo, llena de prebendas, cartas bajo la mesa y cráteres en la conciencia.

Lo cierto es que a un considerable número de HPP, le importa un rábano lo que de verdad les duele a los colombianos.

Personalmente, le encuentro falencias importantes al texto presentado por el Gobierno, como supuesta reforma a la salud. Dudo que sea la panacea, y no creo que esté atacando el problema por donde es. Pero me indigna que quienes deben debatirlo, aprobarlo o negarlo, discutirlo y asumir una posición responsable, no tengan la decencia de poner la cara; asistir a las sesiones, conformar un quórum, y justificar como personas y como políticos, su existencia legislativa.

¡Siete citaciones en tres semanas, y que ninguna haya prosperado, es una vergüenza pública! La plenaria del Senado le saca el cuerpo a un tema que angustia a los colombianos, y no pasa a nada. Que la salud se muera a gritos o en silencio, no es una prioridad para los HPP que abandonan la sala, con tal de no enfrentar su responsabilidad. Ignoro si lo hacen  por complacer intereses particulares, porque les bajaron el sueldo, no les gusta el Gobierno, o por negligentes.

¡A ver, senadores! Ustedes no son el adorno de un árbol de Navidad.

Si les parece un engendro la reforma, pues expongan sus argumentos y den la pelea. O si les gusta, apruébenla; aporten algo, o devuélvanla al cocinero mayor, para que mejore la receta. Pero asuman su responsabilidad. No hacerlo es completamente indigno. ¿No les da pena con sus hijos, con sus electores, o con ustedes mismos? ¿No tienen un espejo que les refleje la indecencia de lo que están haciendo? Entiendan que al sacarle el quite a la discusión, no están saboteando al Gobierno: están lesionando a los colombianos, en donde más duele… en el sentido literal de la palabra dolor.

ariasgloria@hotmail.com