GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Agosto de 2014

Marihuana como medicamento

 

Tenemos sobre el tapete un tema importante, especialmente de cara al futuro; lo movió el Presidente de la República al dirigir su mirada hacia las posibilidades de utilizar la marihuana con fines terapéuticos. Independiente del concepto que pueda salir de La Habana donde sabemos que están focalizados en los cultivos de coca, sosteniendo que una cosa es la coca como planta y otra muy diferente la cocaína, para mirar las plantas desde un punto ancestral en pueblos indígenas, estigmatizando la erradicación como problema cultural, el debate que nos ocupa sobre la marihuana tiene proyecciones más científicas y menos económicas.
Si analizamos la historia sobre el narcotráfico en nuestro país, observamos que esta epidemia creó prototipos de vida y fueron tan fructíferas sus ganancias que logró permear las guerrillas de todo talante, obligándolas a olvidar y apartarse de filosofías y orientaciones sociales, otro tanto sucedió con los grupos de autodefensa, que sucumbieron desde un comienzo al llamativo manejo de la guerra soportado en el narcotráfico. Nadie puede negar que el modelo sicarial nació de esta actividad convirtiéndose en el combustible y motivo de enfrentamientos armados entre narcotraficantes, bandas criminales y grupos subversivos.

Pero los invito a repasar la génesis de las drogas en Colombia y veremos el cúmulo de factores que incidieron en su desarrollo, porque todo comenzó con la marihuana; la fertilidad de la tierra, las grandes extensiones de selva, la hidrografía nacional, la posición geográfica de nuestro país, facilitaron grandes cultivos, y la dimensión de los cargamentos salidos del país fueron sorprendentes. Situación vergonzante que obligó a las autoridades a tomar cartas en el asunto, dando inicio a la lucha contra el narcotráfico, enfrentado por el grupo anti-narcóticos de la Policía, dando apertura a la fumigación aérea a cultivos de marihuana, combate largo y fuerte donde la institución perdió grandes hombres, se cubrió de luto pero logró una gran disminución en los cultivos de esta planta, no obstante el comercio y producción no se erradicó nunca definitivamente del suelo patrio.
Lo positivo del asunto que nos atañe es la expectativa de poder utilizar la mata con fines terapéuticos, programa plausible y altruista pues sería una forma de encauzar la producción para propósitos diferentes a su consumo tradicional y con un enfoque medicinal, ojalá se pueda cristalizar, porque la propuesta no es nueva, recordemos los convenios signados por Colombia, y me permito transcribir un aparte del firmado con la ONU en 1961.

“La convención única sobre estupefacientes de 1961 Naciones Unidas en su preámbulo sostiene que las partes preocupadas por la salud física y moral de la humanidad 
reconociendo que el uso médico de los estupefacientes continuará siendo indispensable para mitigar el dolor y que deben adaptarse las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad de estupefacientes con tal fin”.