FUAD GONZALO CHACÓN | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Junio de 2014

Autogol en urnas

 

Durante el sorteo de los bombos para la conformación de grupos para la Copa del Mundo, Colombia tenía un 12,5% de probabilidades de quedar ubicado en alguno de los 8 lotes que componen la competición y por azares del destino su nombre fue pronunciado cuando se decidía la suerte del grupo C. En ese momento los medios enfocaron su atención sobre los rivales y contendores que disputarían un cupo a octavos contra nuestro país, pero en aquel instante nadie notó que el debut de nuestro equipo tras 16 años de sequía futbolística sería justamente la mañana previa a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

Esta contingencia de eventos cósmicos podrá tener influencia decisiva en lo que suceda este domingo cuando se avista el final de la carrera hacia la Casa de Nariño. A Colombia le gusta más el fútbol que la política. Es más divertido ver a Teo o Bacca anotando goles que a Santos y Zuluaga debatiendo. Teniendo en cuenta esta predilección natural a sintonizar el partido contra Grecia, y la celebración previa, concomitante y posterior al resultado, sea cual sea, y multiplicándolo por una ley seca que, de conservar los parámetros de la primera vuelta, comenzará a las 6 p.m. de ese día, estaremos ante varios escenarios.

El primero: de ganar la Selección se desatará una oleada de éxtasis colectivo que comenzará hacia el mediodía en las calles y se extenderá de noche en las casas de cada cual. Familiares y amigos no dejarán escapar la oportunidad de brindar por el éxito del equipo, y más con Águila como patrocinador oficial, lo que inevitablemente significará baja en la asistencia a las mesas de votación al día siguiente, alimentando el fantasma de la abstención. El segundo es que de resultar apaleado Ospina esa mañana en Belo Horizonte, sucederá lo mismo.

Cualquiera que diga que el partido de este sábado no tendrá influencia en la jornada electoral demuestra que nunca ha vibrado con un partido de nuestra Selección o no comprende la importancia de este deporte como elemento de unión en la cohesión social de nuestro país.

Si desde diciembre teníamos claro cómo iba a ser el calendario mundialista, ¿no habría sido posible para la Registraduría modificar la fecha de la segunda vuelta, por ejemplo, para el fin de semana posterior cuando Colombia jugaba su tercer partido hasta el martes? Ese autogol en las urnas podríamos habérnoslo ahorrado haciendo cálculos con calendario en mano.

Fútbol y política son dos arterias que alimentan el corazón de nuestra nación. Pero en un ambiente de fatiga electoral como el que vivimos, de ponerlos a competir Pékerman ganará y por goleada.

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@FuadChacon