La tragedia colombiana tiene tres causas: la verdad (la realidad) no existe; no hay curiosidad por la civilización occidental (nuestra cultura) y la libertad (el autodominio) sin la verdad humana no existe. Siendo que corresponde al Estado reconocer la verdad de la persona humana, promover la creatividad, y privilegiar la libertad centrada en la dignidad personal, considerando qué sin la verdad, la curiosidad y la libertad sin la verdad integral es imposible: hasta los crímenes más atroces pueden ser vistos como lo recto, según la madurez y preparación de los gobernantes de turno.
Por otro lado, “estamos llamados a amar a todos, no obstante que amar a un opresor no es consentir que siga siendo así; pero tampoco es pensar que es aceptable. Al contrario, amarlo bien no es buscar distintas maneras de oprimir, es quitarles ese poder que no sabe utilizar y que desfigura como ser humano. Perdonar no requiere permitir que sigan pisoteando la propia dignidad y la de los demás, o dejar que un criminal continué haciendo daño. (…) La clave de la paz no está en hacerlo para alimentar una ira enfermiza del alma personal y el alma de nuestro pueblo, por una necesidad enfermiza de destruir al otro que desata una carrera de venganza. Nadie alcanza la paz interior ni se reconcilia con la vida de esa manera.
La verdad es que nadie tiene futuro sin el motor que los une, convoca y tapa las diferencias es la venganza y los odio. No podemos ponernos de acuerdo y unirnos para vengarnos, para hacerle al que fue violento lo mismo que el nos hizo, para planificar ocasiones de desquite bajo formatos aparentemente legales. Así no se gana nada y a la larga se pierde todo.”
Esto implica privilegiar principios, valores, lo justo moral, las virtudes universales, el bien común, la solidaridad -de la cultura occidental- reconociendo a la persona humana como un espíritu en el tiempo. Es indiscutible que la vocación eterna la persona es: como apreciar la belleza de un bello atardecer, el recuerdo del canto de una madre a su hijo, ver al hijo recién nacido en manos de la madre, el amor de un joven enamorado de la belleza, la ternura de una jovencita que solo quiere darle el cariño y su corazón a su novio. Quién no disfruta cuando algún sueño y mucho esfuerzo de años de trabajo, se vuelve realidad gracias a la constancia, estudió, esfuerzo, creatividad -fracasos mil veces- y volver a empezar, hasta que logre su sueño…
En fin, todo esto es una realidad que nace de una idea: esto es el resultado del universo espiritual de humanos. Que tal que los colombianos entendieran que al intentar entender a Jesucristo nunca frustra a nadie y por lo general lleva a la verdad, llena la curiosidad y libera a los intelectuales: “Quedaban asombrados de su doctrina. Su palabra, que no era rebuscada y sutil, como la de los letrados, sino como la de uno que tiene autoridad, arrancaba al corazón de su indolencia, mandaba y creaba. No se la podía oír y permanecer indiferente. R. Guardini
Fuente: Fratteli Tutti de Papa Francisco.