Quienes votaron por este gobierno están pagando ese error, no solamente ellos, quienes no lo hicieron también son víctimas de las políticas alcistas en tan solo los cinco meses que cumple. Todo el esfuerzo parlamentario va encaminado a aumentar los tributos, los productos y servicios básicos para crear nuevos impuestos y generar una inflación como la que se está viendo, unida a una devaluación de la moneda.
Si vemos con detenimiento estos meses, la gasolina subió en más de mil pesos el galón, consecuentemente los productos derivados del petróleo, las llantas, repuestos que son importados, los vehículos, los peajes y el transporte de carga sube sus fletes, consecuentemente los alimentos, el precio de los huevos, la libra de pollo y carne. Es decir, la canasta familiar ha venido subiendo día a día, un mercado de cien mil pesos hoy está sobre los 130 mil.
Ahora bien, los arrendamientos, la ropa, calzado, productos de belleza, medicamentos y servicios, han aumentado. Hoy una fotocopia simple cuesta 300 a 400 pesos, la que antes costaba 100 a 150. El transporte público está en aumento de tarifas. De hecho, el intermunicipal, los taxis y ubers de igual manera, la diversión, los cines y comidas rápidas, las empanadas, perros calientes, hamburguesas callejeras han subido a casi el doble, una arepa que costaba dos mil pesos ahora vale tres mil quinientos y más.
De otra parte, el aumento a los impuestos prediales y vehiculares, el aumento del Soat, que aunque anuncian una disminución del 50% es más un sofisma que una realidad. El esfuerzo que se le ve al gobierno es para conseguir autorizaciones legislativas y hacer aumentos, uno no ve intenciones de aliviar el bolsillo de los ciudadanos.
Pero hablando de aumentos, el salario mínimo que subió en un 16% no justifica con las anteriores alzas, pues lo que sube no alcanza a cubrir los aumentos progresivos en el costo de vida. Pero si vemos incrementos como la delincuencia, que ha aumentado significativamente, al igual que robos callejeros, asaltos a residencias, negocios y robos tanto a vehículos como peatones.
Ha aumentado el gasto público, pues lejos a lo prometido se está abriendo más burocracia, nuevos e innecesarios ministerios como el de la igualdad. El gasto suntuario de la presidencia en banquetes, viajes, artículos de lujo y análogamente en el ejecutivo. El aumento en la corrupción que tanto ofreció acabarla. en fin, esta racha de aumentos es totalmente contraria a la promesa de campaña de mejorar las condiciones de vida de los más pobres, que irónicamente son los más perjudicados con las alzas, pues los ricos “enemigos de este gobierno”, no tienen problema en pagar más cara la carne, el pollo, las legumbres ni los servicios públicos.
Lo preocupante es que está aumentando la desconfianza en el gobierno y por ende en el país, están sacando capitales, no crece la inversión, la inseguridad ciudadana se “dispara” y, finalmente, la desmotivación también está aumentando. Todo esto es signo de deterioro que el actual gobierno, en tan solo cinco meses, ha dado al país.