El BID y la integración latinoamericana | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Septiembre de 2020

El BID (1959) actualmente es uno de los bancos regionales más importantes del mundo y la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe, colocando unos 12 mil millones de dólares anuales en préstamos. Pese a las dificultades en su evolución institucional asociadas a personalismos (4 presidentes en 61 años) y a sortear crisis económicas y políticas de la región, hoy es aliado fundamental de los gobiernos en la implementación de programas para mejorar la productividad, reducir las desigualdades y promover desarrollo sostenible. Y curiosamente, sin tener el estatus de organismo político es una de las más importantes instituciones que mejor representa los esfuerzos y prácticas de la integración en la región.

La elección -con importantes abstenciones y cuestionamientos- de Mauricio Claver-Carone como nuevo presidente del BID el pasado 12 de septiembre, y candidato de último momento impuesto por Trump, no ha sido buena señal. Michael Reid, editor para América latina de The Economist tras su elección señaló que “el fracaso de la región para unirse alrededor de un candidato refleja su desintegración.” Y es que no se trata solo de la falta de acuerdo en torno a una elección sino que representa un movimiento más que bajo la presión del actual gobierno estadunidense pone en tensión las relaciones y la integración latinoamericana en medio de la crisis del Covid-19.

Trump desempolvó la nefasta doctrina Monroe -desmontada por Obama-, y sus más enconados defensores han sido John Bolton ex asesor de Seguridad Nacional y su coequipero Mauricio Claver-Carone, director senior del Consejo de Seguridad Nacional y ahora presidente del BID, ambos protagonistas de la fracasada operación Guaidó en Venezuela. Además, la visita de Mike Pompeo, Secretario de Estado, a Colombia el pasado sábado 19 de septiembre parece anunciar la puesta en marcha de otro episodio de estas operaciones, ahora en plena campaña electoral de Trump en busca de su difícil reelección el próximo 3 de noviembre.

Es que justamente de allí deriva el riesgo de politizar el banco de desarrollo, y tal vez es uno de los más graves efectos de la elección de Claver-Carone, pues al romper Trump el acuerdo entre los países para presidir el BID e imponer candidato con tal perfil y ejecutorias, muestra su intención de toma del BID como instrumento de política exterior en la región, la cual desconoce el multilateralismo.

Además, con este movimiento también busca priorizar y viabilizar su necesidad de relocalización de empresas norteamericanas mediante la estrategia de inversiones en la región y como parte de las acciones de su plan de recuperación económica frente a la actual crisis y su competencia con China.

El gobierno de Colombia, sin liderazgo en la región, no atendió llamados y se plegó a Trump sin mayores explicaciones, desoyendo planteamientos del partido demócrata sobre la conveniencia de postergar la elección en el BID. Y de esta forma Duque también rompió otro acuerdo tácito en las relaciones bilaterales: el de mantener un equilibrio en las relaciones con los dos partidos norteamericanos que en noviembre definen la presidencia en ese país.

@Fer_GuzmanR