TOMANDO NOTA
Los baches de la reforma (I)
Escribimos esta nota un día antes de cerrarse el último debate en la Cámara de Representantes sobre la propuesta del Senado Regional, revivida en la Cámara de Representantes después que el Senado la sepultara más como demostración del poder de sus actuales miembros - elegidos por el sistema de circunscripción nacional-, que por otras buenas razones. Y la misma suerte corrió la propuesta de lista única, enterrada por los intereses creados de quienes se han beneficiado por el procedimiento de listas con voto preferente: fuente de corrupción de efectos nocivos no menos graves para nuestra democracia que el de la circunscripción nacional para integrar el Senado de la República.
Decisiones tan equivocadas decepcionan, pero sirven para tener como cierto que el Congreso no es el escenario para aprobar reformas políticas que directa o indirectamente lo toquen. Razón para justificar la convocatoria de una nueva Asamblea Constituyente que profundice en la redefinición de nuestra democracia política, para eliminar todo aquello que la distorsione o corrompa.
No es una voz aislada de protesta, la nuestra. Acabamos de leer, una bien fundamentada, proveniente de un eminente compatriota, el doctor Néstor Humberto Martínez, en su entrevista con María Isabel Rueda (El Tiempo 9-06-2015), en la cual consigna su inmensa decepción sobre el hundimiento en el Congreso de la propuesta de listas cerradas porque a través de ellas “se puede superar la crisis de representación de nuestra democracia, se libera el ejercicio de la política de su esclavitud frente al financiamiento desmesurado y se ideologiza la política”.
¿Pero, acaso hubo un debate a profundidad sobre el tema? No lo podía haber, para ser sinceros, en el Congreso de los intereses creados. Como no lo hubo tampoco sobre la conveniencia moral y política de eliminar la circunscripción nacional para integrar el Senado, corporación que ha resultado ser de tres cuartos de República porque 11 departamentos no tienen representación en ella. En ese sentido, pensamos, con el destacado representante a la Cámara, doctor Telésforo Pedraza (El Nuevo Siglo,9/06/2015), que el Senado deber ser elegido a través de circunscripciones regionales, “porque la circunscripción nacional solo ha servido para corromper y dañar la política”. Ya lo había dicho el expresidente López Michelsen en varias de sus luminosas columnas en El Tiempo y lo hemos repetido nosotros en nuestros artículos, desde cuando el constituyente de 1991, la estableció.
Según las noticias, la Cámara se avendría a que se elijan once senadores por los departamentos con menos de 500.000 habitantes. Transacción que no compartimos, por cuanto la razón de ser para integrar el Senado, mediante circunscripciones regionales, reside en el derecho político que los fundadores de Colombia le otorgaron a las provincias, Estados soberanos o departamentos, para conformar el Senado. Derecho político que se cercenó en la Constituyente de 1991 y que es necesario restablecer, en un país de regiones.