EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 18 de Julio de 2014

¿Por qué sigue la guerra sucia?

 

“Gobierno y Farc deberían hacer pacto de respeto al DIH”

En la edición de un mismo día de El Tiempo (14/07/2014), dos columnistas de ese periódico, Gabriel Silva Lujan y Natalia Springer, escribieron sendos artículos denunciando   las atrocidades que tanto las Farc  como el Eln  han cometido en los últimos quince días, dentro del proceso de negociaciones, por  el primero de ellos y como preámbulo del que se  ha venido anunciando, por  el otro.

“El derrame indolente , por las Farc, de 5.000 galones de crudo en una zona habitada que destruyó fuentes de agua -dijo  Silva Luján- que son decisivas para el medioambiente de la región, es una monstruosidad que nos pone a todos a dudar sobre la capacidad de las Farc  de actores sensatos en una sociedad reconciliada”“ y, con angustia agregó,  a renglón seguido: “Que  no  se decrete el cese al fuego no da licencia para cometer delitos atroces”, delitos que ya había calificado  como “actos totalmente prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario”.

Por su  parte, Natalia Springer en su artículo que tituló ¿Cómo acabar con el proceso de paz? y que  ella misma respondió señalando  que una manera de acabarlo era “premiando el crimen” hizo  una serie de disquisiciones sobre el derecho de las víctimas y la responsabilidad  de los victimarios.

Y por los lados de La Habana se promete que no habrá más víctimas  cuando se acabe la guerra (así hablaría  Perogrullo),  con lo cual, tácitamente, han dado  a entender  que, en el entretanto, -durante las negociaciones-  se podrán  seguir cometiendo crímenes atroces sin que pase nada.

Cabe preguntar, sin embargo, si no se  ha cometido el grave error de no haber colocado como premisa del proceso de paz el respeto al DIH, y que  se haya admitido, en cambio,  que  la guerra sucia continúe sin que nuestro Estado y la guerrilla, obligados a no cometer actos prohibidos contra  los combatientes  y la población civil ajena al conflicto,  no  hayan  propuesto condicionar la continuación de las negociaciones de los puntos de la Agenda de paz mientras no  acuerden un pacto mínimo de respeto al DIH , cuya conveniencia es tan evidente que, de no hacerlo, los hechos atroces de guerra que se han venido  tolerando  pueden acabar con el proceso de paz, como lo intuye Natalia Springer   en su comentario de El Tiempo .

La exigencia de respeto al DIH fue unos de los más lúcidos planteamientos del ex presidente López  y, por estos tiempos, del ex presidente Samper, con la compañía de quienes, desde las columnas de opinión- como en nuestro caso-,  hemos  llamado la atención  sobre la necesidad imperiosa de humanizar nuestro conflicto,  mientras se pacta la paz. 

¿Por qué  se permite la guerra sucia y no se pacta, en cambio, el respeto al DIH? ¿ Podemos esperar una respuesta del doctor De la Calle?

edmundoloerpzg@hotmail.com