Droga maldita | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Febrero de 2019

El cultivo y comercialización de coca y otras drogas en Colombia y el mundo es una verdadera maldición para la sociedad. Contamina a los más jóvenes, destruye vidas y familias, genera violencia y sirve de fuente de financiación de grupos al margen de la ley.

Durante décadas Colombia ha luchado contra esta droga maldita sin obtener una victoria definitiva, permitiendo así que este terrible mal continúe erosionando a la sociedad. Algunos, de manera irresponsable y sin medir las consecuencias sociales proponen la legalización de las drogas y que haya un Estado que permita libremente su distribución y consumo, pero este no puede ser el camino. La lucha contra las drogas ha tenido un costo muy alto para el país, como para legalizar esta terrible maldición.

Lo propio es continuar con la lucha contra las drogas sin tregua, hasta debilitar este maléfico negocio que día a día cobra vidas y familias.

Actualmente el país tiene más o menos 200 mil hectáreas de cultivos de cocaína, según otros cálculos puede llegar a 300 mil. Martha Soto, editora de la Unidad investigativa del El Tiempo,  afirma que lo que hoy tiene cultivado Colombia en cocaína es 30 veces más que los cultivos existentes en la edad de oro de Pablo Escobar. 

Tenemos un gran reto y es el de reducir a cero hectáreas el cultivo de cocaína en Colombia. Mientras existan tantas hectáreas de cultivos de cocaína seguramente habrá droga en las calles de las principales ciudades de Colombia y Estados Unidos.

Debemos proteger a los jóvenes del acceso a las drogas. No podemos permitir que los colegios se conviertan en la puerta de entrada a las drogas para muchos jóvenes. La lucha se debe dar en todos los frentes y de ser necesario el presupuesto destinado a este fin debe ser incrementado.

Para nadie es un secreto que los grupos armados ilegales en Colombia se financian, principalmente, con el negocio de las drogas. Si se logra avanzar en la lucha contra las drogas se debilitara el sustento financiero para las actividades de los grupos armados organizados (GAO).

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es el jurídico. Las penas por los delitos de narcotráfico tienen que ser fuertes y se debe evitar los beneficios exagerados por colaboración. Se debe disuadir a la población de incursionar en estos negocios. Todas las personas deben saber que el pago del narcotráfico no es el dinero en abundancia, sino una cárcel segura o la tumba.

Adicionalmente, el Estados debe invertir en todo el territorio nacional y hacer un esfuerzo por superar la desigualdad y la pobreza. Mientras exista tanta desigualdad y pobreza será difícil que la gente en el campo le diga no al narcotráfico como una fuente de ingresos.

Este periodo de Duque será fundamental en el propósito de reducir la desigualdad en el país. Por el bien de todos los colombianos es necesario que el Presidente tenga éxito en la tarea de construir una Colombia más igual, próspera y en donde la droga maldita envenene a menos personas.

@feliperangel81