Al hacer el balance de los dos primeros años de la administración del presidente Duque hay que separar los cuatro meses largos que llevamos bajo los efectos de la pandemia porque sus medidas y evaluación merecen capítulo aparte.
Hay que reconocer que el presidente Duque asumió el poder con un ímpetu renovador de las costumbres políticas y, para tal efecto, conformó un equipo de gobierno integrado por técnicos en las distintas áreas de la administración en la que no tenían representación formal los partidos políticos que se habían declarado partido de gobierno.
Ese modelo de gestión, dicen los analistas, no le permitió conformar mayorías en el Congreso, por lo que varios de sus proyectos no contaron con el apoyo que se requería para poder ser aprobados. Tal fue el caso de la reforma a la justicia. Otras iniciativas, como la reforma tributaria, tuvieron tropiezos y no salieron como el Gobierno esperaba. Lo anterior quiere decir que hubo dificultades en el Congreso para sacar adelante la agenda legislativa y ello en parte se debió, según los entendidos, a que los partidos de la coalición de gobierno no se sentían representados en el mismo.
Así las cosas, hay que concluir que fue una apuesta audaz y renovadora la que hizo el presidente Duque al adoptar un estilo de gobierno y de relacionamiento con el Congreso que tenía el propósito de transformar las costumbres políticas. Al comenzar el 2020 el Presidente dio un giro al designar en el gabinete ministros con mayor apoyo en los partidos con el fin de configurar mayorías para el trámite de las iniciativas más importantes. Falta por establecer cómo le irá en la actual legislatura, que apenas comienza y que, en honor a la verdad, es la oportunidad de promover sus proyectos de reforma.
El Presidente ha hecho esfuerzos por cumplir con los puntos básicos de lo que fue su propuesta de gobierno y ha buscado cerrarle los espacios a la expresiones de corrupción en el país. La verdad es que no le ha resultado fácil la ejecución de sus programas, a pesar de su deseo de acertar, por el ambiente de polarización del país. La oposición en el Congreso es dura y, en ocasiones, se siente mucha incomprensión sobre el alcance de algunas iniciativas.
Sobre la manera y las medidas que se han implementado para enfrentar la pandemia del Covid-19, al examinar la experiencias de otros países se encuentra que en lo fundamental el Gobierno ha hecho lo que ha podido, lo que las posibilidades institucionales le han permitido, y así ha sido reconocido por la OMS y la OPS. Y sobre las medidas de apoyo a los más vulnerables los sondeos de opinión no revelan que han sido desacertadas porque tienen un apoyo importante en la opinión pública.
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Para avanzar con la investigación que se le adelanta al expresidente Uribe no era estrictamente necesaria la medida de aseguramiento, como en otros casos.