Disfrute responsable de los Cerros Orientales (II) | El Nuevo Siglo
Martes, 16 de Abril de 2019

Esta historia continúa por la importancia que tiene poder disfrutar de nuestra Reserva -los Cerros- dentro de una economía del cuidado ambiental y por la respuesta en oportunidad que cobija hoy, concretamente, el reciente “Plan de uso público para el desarrollo de actividades de recreación pasiva en la reserva forestal protectora Bosque Oriental de Bogotá”. Esto, convencidos, que “una sociedad se define no sólo por lo que crea sino por lo que se niega a destruir” (Jhon C. Sawhill).

El Plan se obstina en la orientación del “turismo de naturaleza” y con mayor tecnicismo en la “recreación pasiva”, delimitando, por supuesto, los lugares dispuestos para este fin, donde vale la pena puntualizar que se circunscribe a este telón de la ciudad de más de trece mil metros cuadrados.

Subir los Cerros, entonces, entrañará límites. Para comenzar se miró la intensidad del uso actual o potencial de algunos senderos, entendidos como caminos que tienen algún ordenamiento turístico, como infraestructura y/o señalización, pues, como se aclara, aunque la red de senderos del Bosque Oriental de Bogotá no ha estado bien definida, muchas personas hacen uso de los trazados existentes en pequeños y grandes recorridos, con distintos niveles de exigencia física, haciendo del senderismo la actividad recreativa de preferencia.

Con esta base, se plantea un escenario ideal en términos del número máximo de visitantes que puede recibir simultáneamente un sendero, teniendo en cuenta las variables físicas y ecológicas y  las que necesita el operador para dar manejo a este despliegue. Así se define el número final de visitantes permitidos, que es la línea roja, por así decirlo. Entonces, en adelante, se hablará siempre de la “capacidad de carga efectiva” o el límite de personas que puede recibir el sendero de tal quebrada, incluso con diferencias por tramos.

Textualmente se habla de permitir el “disfrute escénico y la salud física y mental de los usuarios de una manera planificada, mediante acciones responsables y controladas”. Caso en que escénico hace alusión a la carta que brinda la naturaleza.

Entre estos atractivos de turismo de naturaleza bogotano se incluyen humedales, paradores, veredas, senderos, parques y quebradas que hacen parte del área protegida. Se escogieron en principio por su cercana situación al escaso o nulo deterioro. Se determina entonces su calidad (70%) según la no contaminación del agua, del aire, ni visual ni sonora como por su singularidad, diversidad y estado de conservación. Y en el resto (30%) se tiene en cuenta su significado regional.

Entre las prácticas permitidas estarían senderismo, excursionismo, corridas por montaña, ejercicios y gimnasia, observación de aves, flora y fauna, fotografía y video, educación ambiental, entre otras. Y se prohíben el desarrollo de infraestructura, cabalgatas, meterse al agua, apertura de nuevos caminos, extracciones de materiales, siembras no autorizadas, entrada de mascotas, ingreso de vehículos, prender fogatas.

Se puede decir que los lineamientos están puestos, es la hora de disfrutar con conciencia ecológica de los Cerros Orientales.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com