Más allá de un paro
Lo que está sucediendo en la región del Catatumbo es una cadena de hechos acumulados de años anteriores que ha venido a reventar por estos días. Más allá de un simple paro de protesta, justificado por las precarias condiciones y el abandono del Gobierno a una zona con inmensas riquezas, explotada en minería, petróleo, agricultura y con enormes reservas forestales dignas de un territorio privilegiado por la naturaleza, está la mano oscura de la corrupción administrativa, el olvido, el abuso de poder de los políticos y el desgreño de aquellos elegidos por el voto popular que sólo buscan sus beneficios particulares y que ahora no asoman a la grave situación de la zona.
A todo lo anterior se le suman los intereses perversos del crimen organizado, es el caso de los grupos de las llamadas bacrim, guerrilleros de las Farc y el Eln, antiguos reductos del desmovilizado Epl, hoy organizaciones de narcotraficantes que tienen a los campesinos en sus manos, pues los obligan a cultivar la coca como único sustento. A esto se le agregan los agitadores que pescan en río revuelto azuzando a los pobladores de la región en contra del Gobierno con intereses políticos, como el caso de la marcha patriótica que envalentona a los indígenas y campesinos a reclamar zonas de reserva con el sospechado apoyo del Gobierno venezolano, para así desestabilizar el Gobierno colombiano, creando una crisis aún mayor que genere un descontento nacional, uniendo a otros sectores del país como los cafeteros que han anunciado un paro para el 19 de agosto, a los mineros en el Chocó, a los transportadores del país que están siempre listos a salir por el incumplimiento a sus peticiones y así se van sumando otros sectores de la producción y gremios sociales, que pueden encadenarse creando una situación muy peligrosa de desestabilización nacional, generando un caos de gobernabilidad e inestabilidad política.
A estas situaciones hay que ponerles mucho cuidado, porque parece ser un plan estratégico que se mueve desde La Habana según se observa en los movimientos del tablero de ajedrez que se juega en la mesa de conversaciones, entre el Gobierno y la guerrilla, pues ya el Eln está entrando en el juego unido a las Farc, su permanente enemigo y si se suman a esto las bandas criminales como los urabeños y demás que se han convertido en refugio de exguerrilleros unidos a los antiguos paramilitares, Colombia puede caer en manos del crimen apoyados por países vecinos con intereses ideológicos y económicos, en una nación que es la más prometedora de Suramérica después de Brasil, pero con una posición geoestratégica privilegiada, por sus reservas naturales, sus costas y la inmensa riqueza productiva como una de las mejores del mundo. Hay que ponerle cuidado a lo que nos pueda venir.
*Presidente Canal Teleamiga Internacional