DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Junio de 2013

Para ricos y pobres

 

Existe una máxima que dice que plata llama plata y es cierto. Los ricos saben hacer dinero y se han preparado para ello. Tienen sentido de las oportunidades y Colombia ofrece muchas, más aún en el campo, sí, en la tierra que es pródiga, pues cada semilla que se siembra produce miles de frutos. El país tiene millones de hectáreas disponibles, también millones de campesinos pobres y desplazados que se están muriendo de hambre. Poco o nada se hace para integrar esta gente al esquema productivo de la Nación, pues si bien es cierto que los campesinos saben cultivar la tierra, no poseen tierras, ni infraestructura, menos capital y asistencia para sembrar y vender. El gran drama del campesinado colombiano es la falta de apoyo, credibilidad y capacitación por parte de los entes gubernamentales.

Esto ha hecho que sean los ricos, los agroindustriales los únicos capaces de desarrollar la agricultura en Colombia, los que sí tienen sentido de la oportunidad y reciben garantías financieras, adquisición de maquinarias y adjudicación de tierras para ponerlas a producir. No digo que esté mal que aquellos que puedan y tienen lo hagan, pero en un país tan desigual e injusto, por qué al pobre campesino ignorante y desvalido no se le brinda capacitación, financiamiento y adjudicación de tierras. Por qué el campesino tiene que estar condenado a ser un simple jornalero y no dueño de tierras que bien las conoce para hacer grandes cultivos y mejorar sus condiciones de vida, disfrutar de las riquezas y bondades del campo, más aún con todos los tratados de libre comercio que son una gran oportunidad para la agricultura y ganadería.

Colombia debe tener un balance justo con la riqueza nacional y brindar opciones a quienes más lo necesitan, no sólo dejar que los enormes conglomerados económicos sean los únicos capaces de producir. Hay que educar y apoyar a la población campesina para que sea productiva, crear esquemas participativos con créditos, infraestructura, capacitación para la tecnificación del campo, permitir que la gente rural tenga acceso a esos programas y que no se hagan solo con visión paternalista sino con espíritu empresarial, donde el campesino se empodere y progrese, que tenga las mismas oportunidades que los ricos, para que él también pueda ser rico y así Colombia  distribuya su riqueza equitativamente y hacer a los pobres ricos y a los ricos que sigan siendo ricos, porque la verdad es que somos un país inmensamente rico con gente empobrecida por la desigualdad y falta de oportunidades.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional