Cuando se es el mejor del mundo | El Nuevo Siglo
Domingo, 5 de Septiembre de 2021

Don Hernando Santos Castillo, propietario y director de El Tiempo, era un gran aficionado al cine y para justificar su pasión por el séptimo arte solía decir: "una buena película no se goza y no se comprende si no se ve mínimo dos veces". Con esto en mente volvimos a una de las salas de Cine Colombia para recrearnos con la soberbia actuación del inglés Anthony Hopkins, a quién muchos críticos consideran como el mejor actor del mundo. A sus ochenta y cuatro años de edad encarna en "A mi madre", a un anciano que va perdiendo sus facultades, pero que sin embargo se considera muy autosuficiente y seguro de no necesitar la ayuda de nadie. Durante noventa minutos acapara toda la pantalla y los sentimientos de los espectadores, recordándoles que la ancianidad es una etapa que nos espera a muchos y que tarde o temprano debemos enfrentarla.

Este tipo de películas son un verdadero bálsamo para nuestras emociones y se constituyen en verdadero aporte al enriquecimiento social porque nos da materia para la reflexión. El elenco que lo rodea es igualmente estupendo en sus interpretaciones y nos recuerda que en estas épocas de pandemia y depresiones, tanto familiares como colectivas, lo que se impone son los afectos familiares.

***

 

El buen Papa Francisco llega a su octavo año de pontificado en plenitud de sus facultades. Ahora reclama, con justa razón, a las grandes potencias que han intervenido en Afganistán que esa intromisión "es una política irresponsable   por tratar de imponer a la fuerza las democracias", en culturas que tienen sus propios valores y sus propios destinos y apoya la que para él es " cuerda postura" de la canciller alemana Angela Merkel, a quien califica como una de las grandes figuras de la política mundial. La Merkel ha hecho un fuerte llamamiento para que el mundo occidental respete las demás formas de vida política.

El Santo Padre abogó por dejar atrás estas prácticas que ignoran la milenaria tradición de los pueblos. "Es la manera más rápida y segura de pisotear los derechos humanos", advierte. Aprovecha la oportunidad para desmentir los crecientes rumores de que está consideran la posibilidad de renunciar. “Gozo de buena salud y llevo una vida normal", indicó. Reveló que ha puesto en marcha una serie de decretos reformistas atendiendo las recomendaciones de los cardenales en poscónclave.

***

 

El mundo entero está de coronavirus hasta la coronilla. Todas las emisiones televisadas, así como radiales y las ediciones escritas, no hacen otra cosa que difundir las opiniones, muchas veces contradictorias, de "expertos" que recomiendan hoy blanco y mañana negro. Por ello en Europa, Asia, América Latina y los Estados Unidos, crecen las protestas callejeras. Sin mascarillas y sin el debido distanciamiento social les gritan a las autoridades que no creen en promesas de sanación, cura y vacunaciones.

En Colombia vemos que cada día que pasa la gente hace lo que le da la gana y poco es el respeto colectivo por las medidas de biosanidad. Quizás lo que más "cabrea" a toda la gente es que nadie sabe cuándo terminará todo esto y que va a pasar todo este "despelote". Ha sido una época en que todo pinta sombrío y no hay mucho espacio para la esperanza. Mala cosa para una sociedad que parece estar enferma por muchas otras razones. “Seguiremos rezando".

***

Adenda Uno. Lo que faltaba. Ahora los delirantes talibanes buscan afanosamente el apoyo de China. Lo grave es que parece que ella está más que dispuesta a dárselo, porque saben que este nuevo maridaje cambia la geopolítica contemporánea.

Adenda Dos. El gobierno Duque debe, a toda costa, defender el empleo de los colombianos. Aunque se anuncia que la reactivación va viento en popa las pérdidas han sido muy grandes en todos los sectores y niveles del país. Pobre del próximo gobierno.