Cuando falta la confianza | El Nuevo Siglo
Sábado, 3 de Febrero de 2024

Nada que el país recobra su creencia en las oportunidades y posibilidades de la economía. Más allá de la baja ejecución del gobierno de Gustavo Petro, el hecho de no generar confianza como tampoco una visión en algo convergente son ápices de mayor debilidad del ejecutivo. Sencillamente gobernar sin dar confianza, es desgobierno. El país no puede pernoctar en una permanente incertidumbre.

Ni siquiera se trata de no creer en su ideología si no en no entender los planes de impulso que se proyectan.  Muy pocos, por ejemplo, apenas tienen conocimiento de la idea de la reindustrialización y su forma de implementación. El Conpes respectivo no está en la conciencia empresarial. Si este fuera el lema del gobierno, sería más que necesario apoyar una fuerte divulgación y sobre todo crear las condiciones para lograr una sincronía con quienes, en las duras, ponen su esfuerzo. 

Los datos de las encuestas, realizadas por Fedesarrollo, son evidentes y más aún el número de liquidación de empresas o de otras en declaratoria de insolvencia. Más que una alerta, es la percepción de un entorno que no facilita la superación de dificultades.

La confianza de los comerciantes y de los industriales no mejoró con las ventas navideñas. A diciembre de 2023, el índice de confianza comercial bajó en un 6% frente al año anterior y el industrial disminuyó un 3%, aunque tuvieran algo de repunte en el último mes frente a los anteriores. Indicadores que pueden influir negativamente en la generación de empleo.

Un espaldarazo del lado de los empresarios, en el sentido de ponerle fe, fue la aceptación de la reforma tributaria, pero las altas tasas de interés, la contracción de la demanda y el aumento de costos y la incertidumbre que irradia el gobierno, han presionado a cerca de doce mil empresas a optar por su liquidación y a que más de trescientas se hubieran acogido a la ley de insolvencia.

Aunque hay una expectativa de baja de tasas de interés y de la inflación, es un asunto de credibilidad y de poder observar dónde se están generando oportunidades, cuál es el rumbo.   

Cuánta falta hace poner el mismo vigor y la oratoria de los discursos políticos a unas presentaciones de fortalecimiento de la economía, que brillan por su ausencia. No hay, en el colectivo, una imagen de desarrollo propuesto. Lamentablemente solo se sabe de la denominada transición energética, que al menos tampoco es clara y más bien se mantiene en entredicho al no ampliarse los proyectos de petróleo, carbón y gas. Cómo va a ser esa transición, cómo se reactivará el campo, cuánto se aprecia al sector productivo, nada es claro.

Debería hacerse una fuerte inyección de recursos a la pedagogía sobre cuál es el propósito de reindustrialización que plantea el gobierno del presidente Petro. Cómo de cocerán las habas, es la nuez del asunto. Sería esto un avance, al menos se tendría en blanco y negro, así no se esté de acuerdo.

* Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

atisbosmariaelisa@gmail.com