CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI* | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Enero de 2013

El encantador de serpientes
La persona que para agradar trata de decir lo que los demás desean escuchar, y posee habilidades fantásticas para llevarlos hasta donde él quiere, se le llama un "encantador de serpientes”.
Definición inspirada en aquellos que en África y Asia viajan por pueblos, aldeas y ciudades y en frente a una serpiente mueven lentamente de un lado a otro una flauta de bambú llamada Tumarit. Ese movimiento lo sigue el animal con la cabeza, aparentemente "hipnotizado" y mientras tanto, los curiosos forman un círculo a su alrededor. Escena cuyo éxito depende de quien posea el Tumarit y lo sepa utilizar.
Pues bien, la realidad colombiana pareciera ubicarnos en un ritual semejante, del cual participa buena parte de la población, distraída con las habilidades fantásticas del gobierno que para "encantar" hace uso de su propio "tumarit", habiéndose llegado el momento en que el país ha comenzado a reflexionar y a darse cuenta de que la realidad es otra muy diferente a la que se le hace creer.
La verdad es que Colombia no pasa por un buen momento; situación ante la cual al Gobierno solo le queda un año para actuar.
Sus palabras llenas de las mejores intenciones, forman parte de una fantasía de la que los espectadores una vez acaben de despertar, podrán manifestarse en las urnas con un resultado adverso a la reelección, si el presidente Santos no hace algo por evitarlo.
Marta Lucía Ramírez “Vocera de la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana, en su columna de opinión de El Nuevo Siglo hace una semana, manifiesta que "ya es el momento de que el Gobierno tome cartas en el asunto", refiriéndose a la "desindustrializacion del país" y a un crecimiento de apenas el 2,1% del PIB en el tercer trimestre del 2012; además, porque la demanda interna se desaceleró, pasando de 7,1% en el segundo trimestre del mismo año a 2,4% en el tercero.
Así las cosas, y con esa tendencia, el crecimiento de nuestra economía al finalizar 2012 podría ser inferior al promedio de América Latina, de acuerdo con los indicadores de la Cepal, lo cual explicaría que las famosas "Locomotoras" no arrancaron por falta de vapor, de fogonero, o de maquinista.
En síntesis, el hecho consiste en producir resultados efectivos medibles en cifras y no solamente en decir lo que los demás desean escuchar.