CAMILO MARTÍNEZ NAVARRETE | El Nuevo Siglo
Lunes, 7 de Enero de 2013

La  “guerra no declarada” de las Farc y que hoy día no es reconocida por el Gobierno de Juan Manuel Santos es una guerra letal que no da aviso y va penetrando poco a poco todos los estamentos sociales de la democracia. No está restringida por el espacio, no tiene vanguardia ni retaguardia, y emplea medios intangibles, enmascarados y oscuros para destruir la voluntad de lucha del enemigo.

Guerra ideológica: infiltración en educación, inversión de valores, desprestigio a partidos políticos, manipulación en conceptos de democracia y libertad, desprestigio de toda la autoridad, rompimiento de tradiciones nacionales, estructuras de pensamiento con vocación de atentar contra la institucionalidad.

Guerra psicológica: manipulación de medios de comunicación, convencer a la población de la lucha guerrillera, propagación de rumores, cuestionar eficacia de la Fuerza Publica, intimidación y amenaza, empleo acción psicológica para explotar guerra política.

Guerra de masas: promover levantamientos populares, explotar necesidades de grupos sociales, promover desplazamientos y marchas, manipulación en marchas huelgas paros y manifestaciones con motines, enfrentar masas contra Fuerza Publica.

Guerra diplomática: empleo de funcionarios infiltrados de embajadas para desacreditar a la Fuerza Pública, participación de foros internacionales para el desprestigio de la Fuerza Pública y el gobierno colombiano, difusión internacional de falsos libros y falsos documentos sobre situación de Colombia, desinformación sobre situación colombiana a gobiernos de países hegemónicos.

Guerra jurídica: reforma al Código Penal Militar, campaña para la disminución del fuero militar, denuncias falsas permanentes contra Fuerza Pública por violación DDHH y DIH, vinculación Fuerza Pública y autodefensa ilegales, ataque sistemático a la Justicia Penal Militar denunciando impunidad, intervención directa e indirecta sobre proyectos de ley para bloquear operaciones de la Fuerza Pública, denuncias permanentes contra Fuerza Pública por allanamientos capturas, retenciones y retenes, empleo testigos y pruebas falsos contra miembros de la Fuerza Pública, elaboración proyecto denuncia contra miembros Fuerza Pública ante tribunales internacionales, infiltración y penetración del Sistema Judicial para ponerlo contra la Fuerza Pública.

El trabajo de esta y otras narcoguerrillas ya comenzó; el actual Gobierno, mediante las conversaciones en La Habana, está legitimando sus actuaciones y brindándoles el camino a la victoria que han deseado las Farc hace más de 50 años.

La labor de los ciudadanos con principios debe ser la lucha democrática, acompañada de la Acción Integral (la cual incluye: Articulación, Participación, Coordinación, Cooperación y Compromiso, los cuales conlleven a la recuperación y firmeza en la Seguridad Integral, Potencial Nacional, Defensa Nacional, Desarrollo Nacional, Poder Nacional y Bienestar general).

@CamiloMartinezN