ASIMETRÍAS
Ni pueblo ni patria
Estamos en el siglo XXI, en un mundo donde cada vez más se reconoce las diversidades que existen, donde la pobreza se reduce sistemáticamente y calidad de vida aumenta, con las consecuencias inevitables del envejecimiento de la población en las finanzas públicas y la condición del planeta. Es un mundo que se aleja de las verdades absolutas y revisa de manera continua sus propias definiciones para ajustarlas al nivel de experiencia y conocimiento de la sociedad, pero se mantienen luchas extremas entre pensamientos políticos sin sentido.
En Colombia hemos visto cómo en el siglo XXI las palabras “patria” y “pueblo” fueron reestablecidas en los discursos políticos, logrando diferenciar el debate de deberes y derechos de las personas, bajo las torpes camisas de las llamadas derechas e izquierdas. La patria se presenta como esa madre enorme a la que le debemos un patriotismo y obediencia ciega, y al pueblo se le muestra como una víctima de un sistema injusto que lo oprime, logrando crear dos fuertes pero vacías ideas, para que choquen en el debate político, y logren que las personas tomen posición según la condición que creen que representan en la sociedad: o son parte del pueblo oprimido o son parte de un nación a la que se debe obedecer. Estas falsas premisas han fundamentado discursos torpes e incoherentes en los últimos años en los partidos políticos del país, generando confusión y caos, y llevando a un nuevo choque entre los que quieren un cambio y los que están cómodos en su actual condición. Es momento que el país comience a darse cuenta de que para que algunos avancen no es necesario quitarles derechos a otros, lo que toca es aumentar las oportunidades.
Debemos comprender como país que hay muchas formas de hacer las cosas y que ponernos de acuerdo es muy difícil, y esto es lo que permite que el país corrija lo que está haciendo mal o podría hacer mejor y premie lo que se hace bien. Ningún conservador o liberal, de izquierda o derecha, ambientalista o progresista está en contra de la lucha contra la pobreza, de la igualdad o de la redistribución del ingreso, pero sí piensan que esto debe ocurrir de manera diferente, y por medio del discurso político deben mostrar esta diferencia de esquemas y priorizaciones, pero se han quedo en el ataque continuo a su contendor aprovechando términos de patria y pueblo, quizá porque no creen en la fuerza de sus argumentos o simplemente porque ni siquiera los conocen.
Es momento de un cambio profundo en el discurso político colombiano.
Colombianada. ¿Los de derecha no son del pueblo?
@consumiendo
*Presidente de Raddar