CAMILO HERRERA MORA* | El Nuevo Siglo
Sábado, 5 de Abril de 2014

Colombianadas

 

Claramente   no soy un colombianista pero he aprendido que los colombianos tenemos cosas propias de nuestra identidad como las ‘chivas’, los jeepaos, la ruana, el sombrero vueltiao, y también acciones y frases que nos identifican como colombianos en cualquier lugar del mundo, como el “sumercé”, “chévere”, “carajo”, y frases como “bueno, bonito y barato” o “casa, carro y beca”, o algunas falsas sentencias populares como “de eso tan bueno no dan tanto” o “más vale ser cabeza de ratón que cola de león”.

Durante más de 10 años he escrito en este espacio columnas de opinión y reflexión política, económica, filosóficas, familiares, cotidianas e incluso personales, y en los últimos 3 años he añadido un párrafo final que llamo colombianada, dejando ver una ejemplo cotidiano de lo que la columna plantea desde nuestra cotidianidad, a veces haciendo uso de frases populares, o simplemente resumiendo la columna en un ejemplo claro de nuestras acciones como colombianos.

Un buen amigo, un caricaturista colombiano, me hizo reflexionar que en muchos casos hablar mal del país o sarcásticamente estaría mal, porque deja una imagen negativa de nuestra nación; sin duda tiene razón, pero creo que las colombianadas son aquellos actos que nos identifican como únicos, y que por sus particularidades no son ni buenas ni malas, simplemente son como son; por ejemplo, que los caleños digan “pam”, o que los cachacos tomemos las onces (que son las 11 letras de la palabra aguardiente), o el decir popular de “deje así”; al final estas descripciones no son más que pequeñas, pero duras y críticas, seudo-caricaturas de nuestra realidad; comprendo que caricaturizar una cultura puede ser atrevido mas es una forma personal decir la esencia de la columna.

Para mí, la colombianada no quiere ni ofender a nadie ni ser peyorativo con el país, simplemente una metáfora que explique cómo somos en un tema en particular por medio de nuestra cotidianidad; de hecho, comúnmente digo que muchas cosas son “herreradas”, porque se presentan como partes de mi personalidad, sin ser buenas ni malas, simplemente mías.

Así, quiero explicar a quien lea este espacio y no haya comprendido el sentido de ese acápite, que sólo tiene como fin ser concreto, usando nuestros rasgos propios como elemento literario.

Colombianada. Al pan, pan, y al vino, vino, porque el pan con vino se ve espantoso, aunque sabe rico.

@consumiendo

*Presidente de Raddar