Austria, país del cual todos quienes han tenido, hemos tenido, la oportunidad, de vivir allá, le guardan, le guardamos un recuerdo muy afectuoso no solamente por la calidad de los austriacos que son de temperamento muy acogedor y que le permite al visitante disfrutar no solamente de su geografía, sino también de su historia de la cual son dignos herederos sus habitantes, sean ellos austriacos o no. Actualmente es una república democrática de carácter parlamentario que no se ha desprendido, por lo menos en su comportamiento colectivo de sus antiguos ancestros imperiales, fue uno de los países ocupados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial; al final de ésta se convirtió en lo que hoy es para orgullo del sistema occidental. La participación de este país en la reconstrucción de Europa ha sido de trascendental importancia por el temperamento austriaco que lo ha hecho digna del respeto del mundo entero y obviamente de Europa. La generosidad con todos quienes la visitan hace que quien debe irse lo haga con sumo pesar guardando con gran afecto todo lo que con este país tiene relación y anhela volver.
Ahora que un gran movimiento de carácter político encabezado por el señor Sebastián Kurz (apellido que significa en castellano breve, corto) quien seguramente va a tener que formar gobierno, erigiéndose así en el canciller más joven, treinta y un años, después de Varadkas en Irlanda. Sus puntos de vista acogidos por los votantes constituyen una política populista anti-inmigracionista y anti-musulmana. Estos planteamientos populistas en cierta manera contradicen la tradicional generosidad y buenos términos que siempre ha dispensado Austria a las minorías, perseguidas. Los inmigrantes distraen recursos que deben ser usados por los austriacos y los musulmanes además, plantean una amenaza cultural y de seguridad. Para darle un mayor y mejor entendimiento a sus seguidores ha planteado cosas de estrategia novedosa como es el cambio del nombre de su partido de Partido del Pueblo por Nuevo Partido del Pueblo; así como el color que los distingue.
Uno de los partidos de extrema derecha, simpatizante de los nazis, el llamado por traducción libre, Partido de La Libertad, que se le achaca por la actitud simpatizante de Haider su director, coincide con los planteamientos populistas de Kurz. De ahí que la formación de un próximo gobierno debe contar con este partido. Aquí se menciona que cuando Haider hizo públicas sus simpatías por los nazis su ingreso al gobierno, hace 17 años, generó protestas en Viena y desasosiego de Israel y miembros de la Unión Europea. El radical o digamos quien se llevó la medalla de simpatías nazistas fue Haider falleció en 2008. Los alamares del poder no han sido extraños a este partido que tuvo significación de 1983 a 1986 y luego del 2000 al 2006. Ahora se puede reencauchar. Este breve recuento de la política austriaca ha surgido por el resultado de las elecciones; no significa nada diferente a que toda Europa y el mundo entero estén atentos a lo que suceda en Austria.