Amylkar D. Acosta M. | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Septiembre de 2015

LA MEJOR PROFESIÓN

¡Hace 40 años!

“El arte es largo y la vida es breve”.

Ortega y Gasset

PARECE  que fue ayer, el día 20 de agosto de 1975, hace 40 años (¡!) cuando me inicié formalmente en la docencia universitaria, en la Universidad de Antioquia, nuestra Alma Mater de la raza, “invicta en su fecundidad”. En donde mismo me formé y gradué como Economista, tan pronto opté el título de tal asumí semejante responsabilidad. Y digo formalmente porque enantes había dado mis primeros pinitos en la cátedra en la Universidad Autónoma Latinoamericana en Medellín, los cuales me sirvieron de entrenamiento en tan noble como ennoblecedor oficio, que no dudo en calificar como la mejor profesión del mundo. Y lo digo sin hipérboles, porque aunque es natural que cada sastre alabe su aguja, en este caso estamos hablando de una actividad singular, que como ninguna otra deja una huella imperecedera.

Escoger el ejercicio de la docencia requiere primero que todo tener la vocación y en segundo lugar seguir siendo estudiante profesional, porque el conocimiento, que es su materia prima, evoluciona permanentemente. Bien dijo Heráclito, el filósofo griego, que “ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”. Quien se dedica a la enseñanza tiene la obligación de reinventarse a diario, pero recibe como la mejor recompensa el hecho de que lo que a uno le queda mejor aprendido es aquello que enseña. Mi avidez por el conocimiento me lleva a exclamar con Jorge Zalamea: “salta hombre sobre tus propias fronteras, pues ya no cabes en ellas”.

A lo largo de estas cuatro décadas he trasegado por múltiples centros universitarios: comencé en la Facultad de Economía de Universidad de Antioquia, recién egresado de la misma y luego hice tránsito por múltiples centros universitarios, hasta terminar recalando en las universidades Externado de Colombia y de los Andes. Claro está, que hace mucho rato me liberé de la “dictadura de clase”, acogiéndome más bien a la disertación en torno de los temas minero-energéticos, que son los de mi preferencia y especialidad, bajo la modalidad de módulos o conferencias magistrales. Esta actividad la alterno rutinariamente con la participación en foros, conversatorios, mesas redondas y/o paneles gremiales o académicos a lo largo y ancho del país.

conté con la suerte de que el Constituyente de 1991 dejó a salvo la docencia como la única profesión que se puede ejercer en simultánea por parte de los congresistas. Ello me permitió seguir ejerciendo la docencia, que no la interrumpí ni siquiera cuando me desempeñé como

Presidente del Congreso, como no la interrumpí tampoco cuando ejercí el Ministerio de Minas, Energía e Hidrocarburos.

Esta experiencia de ser docente y parlamentario a la vez me permitió comprobar que si se sabe combinar la academia con la política, sin confundir lo uno con lo otro, gana la academia y gana la política.

www.amylkaracosta.net

*Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas