Trenes de cercanías para la Sabana
Volver a mencionar la iniciativa de utilizar las vías del antiguo ferrocarril, para proporcionar a la capital un sistema de transporte entre lo que pudiera llamarse la zona metropolitana o la zona de influencia, la Sabana de Bogotá, en donde don Gonzalo Jiménez de Quesada dispuso fundar esta bella ciudad el 6 de agosto de 1538. No es fácil encontrar en la geografía mundial una zona como esta cuya característica principal es disponer de agua a una altura de aproximadamente de 2.700 Mts. Eso hace de la Sabana, un depósito de materia orgánica proveniente de los cerros que la rodean, una tierra rica para la agricultura y la ganadería. Hasta no hace muchos años, quizá cuando de celebró en 1938 el cuarto centenario de su fundación, ya vamos para el quinto, esta era una ciudad apacible con 380.000 habitantes, según el censo de ese año. Hoy estamos cerca de los 8 millones y todo se nos quedó pequeño; la ciudad misma; su constitución urbanística sufrió también del mismo mal y sus habitantes, que quieren seguir disfrutando de todo lo bueno, malo y regular de la capital, han buscado refugio en la Sabana de Bogotá. Las poblaciones vecinas les han dado albergue. Cuando los intereses y el ejercicio profesional lo tienen en Bogotá se enfrentan a transportarse más o menos 40 Kms. en cada sentido.
Se ha vuelto entonces una tarea de alcaldes y gobernadores proponer soluciones. Ahora se está ventilando, digámoslo, por enésima vez, la utilización del tren para movilizar a la gente. Buena idea que no se sabe por qué no ha fructificado. Los ferrocarriles colombianos disponen en la Sabana de tres sectores en los cuales se ha pensado. Bogotá - Zipaquirá, Bogotá - Factativá y Bogotá - Soacha. Son más o menos 50 kilómetros que servirían a un sector importante de la población.
Para los efectos de trenes de cercanías se dispone de las zonas en donde éstas no han sido invadidas. Una vez que se tome la decisión de que debe existir este medio de transporte se hará necesario diseñar o escoger el tipo de equipo que se debe utilizar. Éste debe ser liviano que permita desarrollar velocidades apropiadas entre estación y estación y detenerse fácil y rápidamente para atender debidamente a los usuarios. La trocha o distancia horizontal entre los rieles genera la velocidad de tránsito y obviamente los tipos de material rodante y de tracción que se deban utilizar. La movilización a base de energía eléctrica tendría que evaluarse; mayor eficiencia y menor contaminación. Tender las redes correspondientes es otra tarea. Las estaciones o sitios en donde se bajen y suban los pasajeros deben ser estudiadas tanto desde el punto de vista funcional que comprende la parte arquitectónica así como la de la localización conforme a la demanda actual o la que se quiera generar. Deliberadamente no se ha tocado el aspecto económico ni financiero de la iniciativa.
Queda así descrito, según nuestro modesto conocimiento del tema, lo que habría que considerar para que este sistema de transporte pueda concretarse.