50 años de la Comunidad Andina | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Julio de 2019

CUANDO aún no se hablaba de apertura económica, en 1969, durante el gobierno del Frente Nacional de Carlos Lleras Restrepo, teniendo como escenario a la ciudad de Cartagena, se firmó el Acuerdo, más conocido como el Pacto Andino, que le daba vida a la CAN, en la actualidad reconocida como la Comunidad Andina. Hoy son países miembros: Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.

Cincuenta años después, en cabeza de su Secretario General, Jorge Hernando Pedraza, debemos aprovechar de sus competencias para ahondar en la pregunta del por qué y para qué de este mecanismo de integración.

Vale la pena indicar que son además países asociados de la CAN los estados del Cono Sur: Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay y a ellos se suma Brasil. España actúa como su país observador. 

Puede decirse que el logro de la firma de Lima de la Declaración conmemorativa, del 26 de mayo de 2019, por parte de los cuatro presidentes, Evo Morales, Iván Duque, Lenin Moreno y  Martín Vizcarra, más que un saludo a la bandera, es la reiteración de acciones con visión de futuro, claras y concisas hacia el fortalecimiento del Sistema Andino de Integración, con una cobertura, que no es de poco monta: somos ciento diez millones de habitantes, una población, que a pesar de sus líneas de pobreza, tiene hoy un ingreso per cápita quince veces superior al del año 69.

Tal vez lo más importante es tener conciencia de que su fuerza y cohesión está dada por el carácter vinculante y supranacional que tienen sus decisiones. Esto hace, por ejemplo, que las operaciones comerciales gocen de seguridad jurídica y que las políticas conjuntas a favor de los ciudadanos de la región tengan toda la firmeza y obligatoriedad. 

Si bien se concibe normalmente la CAN como la Zona de Libre Comercio, ampliada, que tiene ya una magnitud importante en cuanto está cerca de alcanzar los nueve mil millones de dólares en exportaciones intra-comunitarias, con la participación de más o menos diez mil mipymes en el comercio de la comunidad, su espectro es más amplio.

Por supuesto, existe un intercambio de mercancías originarias de la subregión sin el pago de aranceles, con todas las normas de promoción y defensa del origen y sanidad como de facilitación del comercio y control de aduanas pero también hay logros importantes en los ejes que tienen que ver, en el siglo XXI, con el fortalecimiento de la infraestructura, la conectividad, la producción y la ciudadanía.

Incluye así el acceso por reglamentar a un Mercado Andino Eléctrico Regional de corto plazo para el intercambio de excedentes de energía y el uso del Satélite propio que permite tener servicios sin costo para actividades gubernamentales, como también una posible y próxima eliminación de costos de roaming internacional.

Todo ello sin escatimar la necesidad de fortalecer una ciudadanía andina, como tercer eje estratégico, donde las políticas de migración y movilidad humana, identidad y cultura, propiedad intelectual, cooperación técnica, prevención de desastres y control a la minería ilegal se han vuelto trascendentales.

Se puede decir que más de un centenar de habitantes espera verse fortalecido con esta integración. CAN, buen viento y buena mar.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com