Un determinante en la revisión de la sentencia proferida por la CIDH se conoció en las últimas horas, por el caso Mapirirpán.

 

De acuerdo con una resolución del 8 de julio de 2009, la Corte Interamericana ya había negado al Estado colombiano la exclusión de Omar Patiño Vaca y Eliecer Martínez Vaca, por ser presuntas ‘falsas víctimas’ de la masacre.

 

Estos nombres volvieron a ser relacionados en una lista de 12 personas que o no habrían muerto en la incursión paramilitar o habrían fallecido bajo otras circunstancias. 

 

Aunque en su momento, tal como ahora, el Estado alega que a Patiño Vaca se lo llevó la guerrilla en abril del 2002 y al otro, identificado realmente como Eliécer Martínez Baquero, fue asesinado por un grupo subversivo en diciembre de 2001, el organismo internacional señaló que "la documentación de respaldo que entregó el Estado está incompleta, los folios ilegibles y, en algunos casos, no llevan firma del declarante", además de basarse en algunas ocasiones, en declaraciones de personas que solicitaron no ser identificadas.

 

Igualmente señala la sentencia: “este tribunal e estableció (…) que de la prueba aportada surgía la existencia de otros familiares víctimas de desplazamiento y de la violación a la integridad personas y a los derechos del niño, por ejemplo, los hijos de Luz Mery Pinzón López, la señora Elvina o Elsy Delfina Vaca (Madre de Omar Patiño Vaca y Eliécer Martínez Vaca); los cuatro hijos de Zuli Herrera Contreras, así como los cinco hijos de Viviana Barrera, cuya existencia y violación de sus derechos la Corte tuvo por demostrado”. 

 

Pero la resolución del tribunal internacional va más allá y es enfática en señalar que “durante la supervisión del cumplimiento de la sentencia, la función del tribunal ya no es determinar los hechos del caso y la posible responsabilidad internacional del Estado, sino únicamente verificar el acatamiento de las obligaciones dispuestas en el fallo por parte del Estado responsable”. 

 

Incluso en otro de los apartes de la resolución, la CIDH señala: “el Tribunal observa que en la actualidad pueden existir dudas acerca de la forma en que habrían muerto o desaparecido esas personas, según conclusiones posteriores de la Fiscalía. No obstante, la Corte recuerda que fueron precisamente las características de la masacre y la ineficacia de las investigaciones internas, establecidas en la propia sentencia, las que conllevaron a la falta de identificación plena de las víctimas”. 

 

En ese mismo sentido la CIDH “desestima lo solicitado por el Estado, el cual deberá cumplir con las reparaciones ordenadas a favor de los familiares de los señores Omar Patiño Vaca y Eliécer Martínez Vaca”.