Temen regresar a sus hogares los 270 campesinos que abandonaron sus tierras en el Chocó por los fuertes combates entre el Ejército y las Farc la semana pasada.
Según ellos, habría explosivos sin estallar en la zona como consecuencia de los enfrentamientos.
Imer Perea Palma, secretario general del Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (Cocomacia), dijo que "los desplazados no retornan porque no tienen garantías".
Estos campesinos conforman 78 familias de afrodescendientes que salieron de Boca de Luisa para huir de los bombardeos de la Fuerza Aérea sobre las bases del frente 57 de las Farc.
Otras 64 familias de la comunidad de Vegaez también se unieron a este grupo de desplazados, como también las pertenecientes a una reserva indígena.
"Al parecer, los bombardeos averiaron cuatro casas en Boca de Luisa y dejaron algunos explosivos que no estallaron”, indicó Perea.