La Policía Nacional puso fin a la carrera criminal de uno de los guerrilleros más despiadados de las FARC. En Cali (Valle del Cauca) fue capturado Ánderson Pichica alias “Jair”, cabecilla del Frente Manuel Cepeda Vargas, responsable de varios ataques contra la Fuerza Pública y poblaciones en el suroccidente del país.
El guerrillero fue detenido en la terminal de transportes por investigadores de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión, cuando pretendía abordar un bus intermunicipal que lo trasladaría a la ciudad de Pasto (Nariño), donde se encontraría con una de sus compañeras sentimentales, quien aparentemente también pertenece a la subversión.
Alias “Jair”, se vinculó a las FARC con 16 años de edad. Se especializó en manejo de explosivos y armas de alto poder. En una década recorrió 4 frentes de la guerrilla, hasta convertirse en el principal emisario de Edgar López Gómez, alias “Pacho Chino”, máximo cabecilla del Comando Conjunto de Occidente.
El 20 de enero de 2012, Ánderson Pichica lideró un grupo de 27 delincuentes del Frente Manuel Cepeda Vargas de las FARC, que asaltó y destruyó las instalaciones policiales ubicadas en el Cerro de Comunicaciones Santa Ana, en El Tambo (Cauca). Asesinó con su fusil personal al intendente de la Policía Nacional Guido Cometa Holguín, comandante de la base, y secuestró al auxiliar de policía Harrison Stiven Giraldo, quien fue liberado cuatro días después.
En el ataque quedó averiado un radar aeronáutico, lo que generó problemas en las operaciones aéreas hacia el occidente del país durante 15 días y obligó a reorganizar las líneas de navegación.
La acción terrorista fue grabada por los mismos guerrilleros, y en un video de 45 minutos, alias “Jair” evidenció la frialdad y agresividad con la que dirigió el lanzamiento de tatucos y cilindros bomba contra las instalaciones oficiales. Por su despiadado proceder lo promovieron a los cuadros de mando del Bloque Occidental.
Desde que asumió esa posición empezó a ser denominado como el “Verdugo” de las FARC, porque era el que hacía cumplir los castigos contra los otros subversivos, e incluso asesinó a varios de sus compañeros de frente.
En el prontuario criminal del delincuente de 38 años, aparecen ataques contra bases militares y de policía ubicadas en Caldono, Buenos Aires Suárez y Toribío (Cauca). En la última, fue impactado en el brazo izquierdo por un artillero de las Fuerzas Militares, que disparaba una ametralladora punto 50.