La firma calificadora Fitch cree que la nueva regulación de capital en Colombia es un paso positivo hacia el cumplimiento de los lineamientos de Basilea III, pero que queda aún camino por recorrer en temas relacionados con los intangibles y el contenido de capital de la deuda subordinada.
La nueva regulación del Gobierno mantendrá el capital mínimo regulatorio en 9% de los activos ponderados por riesgo y crea una nueva medida, la Relación de Solvencia Básica, la cual debe ser mínimo de 4.5%.
Señala Fitch que la deuda subordinada emitida por los bancos colombianos usualmente carece de las características requeridas para ser tenida en cuenta como capital como se encuentra definido en Basilea III, y que se encuentran actualmente presentes en las regulaciones de México y Perú, y que se espera próximamente en Brasil. En opinión de Fitch, este tipo de deuda subordinada no provee un colchón efectivo frente a pérdidas inesperadas y no tiene la flexibilidad financiera de los bonos diferibles y no acumulativos.
La regulación excluye intangibles/goodwill futuros del cálculo de Relación de Solvencia Básica (Tier 1). Esto puede crear una discrepancia respecto de cómo el capital se mide para bancos con adquisiciones anteriores y aquellos con acuerdos en proceso de cierre. Esto es particularmente importante para el caso de adquisiciones anteriores, las cuales crearon niveles relativamente altos de goodwill frente a las que están en camino para ser cerradas en 2012-2013.
Fitch calcula que excluyendo la deuda subordinada (aproximadamente 13% del capital regulatorio total de Colombia a junio de 2012) y el goodwill del capital total regulatorio (Patrimonio Técnico), la relación de solvencia bajaría a niveles de 12.8% desde alrededor de 15% a junio de 2012. Esto es comparable con la relación de capital promedio de otros países de Latinoamérica.
Sin embargo, estas cifras no incluyen las filiales de los bancos colombianos en el exterior. La Superintendencia Financiera de Colombia no publica indicadores de solvencia consolidados y algunos bancos poseen importantes adquisiciones a través de subsidiarias en el exterior. Debido a esta exclusión, las cifras consolidadas llegarían a ser incluso menores y por ello la nueva regulación en este sentido se queda corta frente a las expectativas.