La capital del país muestra una tendencia a la baja en el porcentaje de personas que conducen en estado de embriaguez, refleja la 4ª Encuesta observacional de factores de riesgo que se realiza periódicamente en la ciudad desde el 2015, en el marco de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Global.
Recientemente el Instituto Internacional de Investigación en Lesiones de Johns Hopkins University que trabaja en colaboración con la Universidad de los Andes en el marco de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Global, dio a conocer a la administración de la ciudad cifras sobre el porcentaje de personas que conducen con niveles de alcoholemia por encima del límite legal en Bogotá.
Según el reporte, en noviembre de 2015 el 0,9% de los conductores bogotanos tuvo niveles de alcoholemia por encima del límite permitido. La cifra bajó a 0,7% en abril de 2016, descendió a 0,5% en octubre-noviembre de 2016 y llegó a 0,4% entre marzo y mayo de 2017.
“Por ahora, estos resultados muestran una tendencia a la baja y demuestran que Bogotá ha hecho un buen trabajo. No hay aún una diferencia significativa entre períodos, pero los datos muestran una clara tendencia a la baja. Cuando tengamos una comparación de serie de tiempo más larga, vamos a tener resultados más conclusivos”, explica Andrés Vecino, investigador asociado de Johns Hopkins University, a propósito de este estudio que ha venido realizando la Universidad como parte del trabajo de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Global.
Justamente entre octubre y noviembre de 2016, en Bogotá hubo 80 y 56 puestos de control policial respectivamente, con alcohosensores portátiles para realizar pruebas en cualquier punto de la ciudad y no sólo en las zonas y horarios de rumba. Estos elementos fueron donados por Bloomberg Philanthropies que además realizó un entrenamiento con policías de Tránsito para profundizar los conocimientos en el control de embriaguez, la selección de puntos de control, días, horas, entre otras, para ampliar la capacidad de control operativo de la Policía de Tránsito.
Paralelamente estuvo al aire la campaña masiva Nunca tomes cuando manejes, realizada junto a Vital Strategies. El análisis de la campaña señala que el 44% de los encuestados recordó la campaña, lo que significa que potencialmente alcanzó a 2,6 millones de personas por los canales de televisión y radio.
En general, la mayoría está de acuerdo en que tomar y manejar es una conducta riesgosa. Entre las justificaciones que entrega la gente cuando se les pregunta ¿por qué toman y conducen? se mencionaron: cercanía a casa (32%, que se postula como la razón principal), no había quién más manejara (21%) y sentirse seguro y confiado de manejar tomado (16%). Estos resultados servirán de insumo para futuros mensajes en campañas de prevención de consumo de alcohol cuando se maneja.
En estudios anteriores, los conductores de Bogotá en general no percibieron suficiente control y vigilancia, pero después de esta campaña más de la mitad de los conductores (52%) reportaron que habían visto policías de tránsito haciendo controles y casi todos ellos (48%) sintieron que es posible que la Policía los detenga por tomar y manejar.
De acuerdo con el análisis de la Secretaría Distrital de Movilidad, entre enero y abril de 2017 hubo cinco personas fallecidas, lo que corresponde a una disminución del 17% comparado con el acumulado del mismo período del año anterior.
En cuanto a personas lesionadas en siniestros viales, causados por conductores en presunto estado de embriaguez, hubo 87 en 2016 y 85 en 2017, lo que significa una reducción de 2%.
En relación con los controles de embriaguez efectuados en los meses anteriores, se observa un importante aumento. En los primeros cuatro meses del año se implementaron 275 puestos de control. 49 en enero, 64 en febrero, 85 en marzo y 77 en abril.