Brasil reforzó el viernes su batería anticrisis con la apertura de la mayor línea de crédito de inversión para los estados, por unos 10.000 millones de dólares, con la meta de vigorizar el crecimiento de la sexta economía mundial tras su débil desempeño en el primer trimestre.

"Creo que es la mayor línea de crédito creada para los estados brasileños", se felicitó el ministro de Hacienda, Guido Mantega, tras una reunión entre la presidenta Dilma Rousseff con los gobernadores del país.

El gobierno puso a disposición de los estados 20.000 millones de reales (unos 10.0000 millones de dólares) para que los inviertan en proyectos viales, de transporte o infraestructura en general, y de esa forma jalonen la recuperación económica.

La nueva medida, que se suma a otras como la reducción de impuestos, un mayor acceso al crédito y barreras a las importaciones, se enmarcan en la receta anticíclica brasileña para enfrentar los efectos de la crisis de deuda en Europa: estimular el crecimiento en momentos de recesión.

Los 27 estados brasileños podrán contraer los préstamos de inversión a un interés máximo del 8%.

"Son medidas importantes que van a ampliar la inversión en este momento en que la economía mundial atraviesa un momento de crisis", insistió Mantega.

El gobierno de Rousseff retomó así la estrategia adoptada por Brasil en la primera etapa de la crisis en 2008, cuando lanzó un millonario programa de financiamiento de emergencia.

La sexta economía del mundo recurrió de nuevo a medidas de estímulo al consumo tras crecer apenas un 0,2% en el primer trimestre de 2012 en comparación con el trimestre anterior.

Presionado por el enfriamiento de la actividad mundial, el gobierno de Rousseff debió recortar del 4,5% al 4% su estimación del crecimiento del PIB para este año, y analistas esperan un desempeño incluso inferior.

AFP