“Considero que debe haber seguimiento al proceso por parte de la comunidad barranquillera y el mismo día cuando finalice la concesión debe realizarse un acto público durante el cual la Aerocivil exprese sus compromisos y el Comité levante un acta que servirá de sustento para la auditoría social que propongo”.
Con estas palabras saludó el senador José David Name, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), el final, el 29 de febrero, de la concesión del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz a la empresa colombo- española Acsa.
Inicialmente, se había dicho que la Aeronáutica Civil retomaría la administración del aeródromo durante los dos años que se demoraría el proceso para otorgar una nueva concesión, ante lo cual la alcaldesa barranquillera Elsa Noguera le pidió al Gobierno Nacional celeridad: “Dos años implica seguir aplazando las inversiones que proyectamos para prepararnos para el TLC”.
Sin embargo, durante una reunión realizada el miércoles se planteó que se “buscaría la prórroga bajo nuevas condiciones totalmente diferentes a las que existen actualmente”, según declaró el director de Aerocivil Santiago Castro.
El funcionario explicó que ante la intención de su entidad de asumir la administración del terminal aéreo, en la mencionada reunión “se tomó una decisión diferente que también considera unos lineamientos presupuestales y financieros totalmente diferentes”.
Para el ministro de Transporte Germán Cardona, “este ha sido un tema de mucho interés. La concesión se vence en febrero y a la Aeronáutica Civil le cogió la noche. Lo que se pensó, ante esto, es que la actual concesión continuará mientras se hace la nueva concesión”.
El ministro Cardona aclaró que “esto se da para no alterar el proceso, pero no se trata de prolongar la concesión indefinidamente” y que se está analizando con los entes de control si Acsa puede mantener la administración y puede concursar en la nueva concesión.