Los primeros puentes de la capital se construyeron sobre los ríos que en la época de la Colonia dividían la ciudad, especialmente San Francisco sobre la hoy Avenida Jiménez y el río San Agustín en la calle 6.
Durante todo el período colonial Bogotá contó con cinco puentes principales que permitían la movilidad de sus habitantes: el San Francisco, el San Agustín, el San Victorino, el Lesmes y el Giral.
Mientras hoy, después de casi dos siglos, la capital del país cuenta con 387 puentes vehiculares, sin incluir con los que se construyeron en la fase tres de Transmilenio, para 1894, Bogotá contaba con 30 puentes, la mayoría ubicados a lo largo de los ríos San Agustín y San Francisco.
Pero en el siglo XX, según crónica de Mercedes Solano Plazas, especialmente a partir de los años cuarentas, se empieza a dar el crecimiento de la ciudad hacia todas las latitudes: sur, norte, oriente y occidente. Es así como se dan los primeros estudios y se conocen incipientes propuestas para construir puentes vehiculares que permitieran el paso de los automotores en menor tiempo, dado que sus vías no tenían la capacidad para que el tráfico fluyera, especialmente en sitios neurálgicos como Puente Aranda.
En 1944 que por iniciativa de la Sociedad Colombiana de Arquitectos que se demuele el antiguo Puente de Puente Aranda, construido a finales del siglo XVI, para dar paso a la construcción de la Avenida de las Américas e independizarla del cruce que en la calle 13 con carrera 50 se tenía, así cuentan los historiadores que "se dividen las dos vías, la Calle 13 rumbo a Fontibón y las Américas hacia Bogotá".
En 1956 se inaugura Autopista Norte, más adelante se construyen los puentes que fueron conocidos durante años como el Primero el de la calle 100, el Segundo el calle 134 y el Tercero el de la calle 170.
En 1968 se da un gran impulso al desarrollo de la ciudad y es construida la Avenida 68 que por la calle 100 se une a la Autopista Norte y la carrera 9, que para la época es una vía local. A medida que la ciudad crece y se agotan los terrenos para la construcción de vivienda se inicia la urbanización de sectores cada vez más alejados del Centro capitalino y con ella se aumenta la demanda de nuevas vías que no sólo permitan el desplazamiento de los ciudadanos sino además agilicen y optimicen los tiempos de traslado.
Los embotellamientos del tráfico en algunos sectores obligan a los mandatarios bogotanos a programar la construcción de puentes vehiculares elevados interconectores de vías. Lo que un profesor de la universidad Nacional denominó una ciudad con segundo piso.
Entre 1980 y 1982 se construyen en Bogotá 17 puentes en trece intercepciones, siendo el de mayor envergadura el del anillo vial de Puente Aranda, conocido como el Pulpo. De igual forma, se dieron al servicio el puente curvo de la calle 26; el de la carrera 10 con la misma avenida y dos en el repartidor de tráfico de la carrera 3 con calle 26; también en el Chorro de Padilla (frente a Monserrate); uno sobre el río Juán Amarillo y otros sobre las quebradas de La Muerte, Rosales, La Vieja, los ríos Fucha y el Humedal Córdoba.
Para 1989 se construyen en Bogotá puentes vehiculares interconectores y elevados como el de la Avenida Boyacá con Acenida Centenario; Avenida de las Américas con Avenida 68, Avenida Suba con Casa Blanca, Avenida La Esperanza con Avenida 68, Autopista Norte con avenida Santa Bárbara (calle 127), Autopista Norte con Avenida NQS (calle 92), avenida Villavicencio sobre el río Tunjuelito; Autopista Sur sobre el río Tunjuelito y puentes paralelos a los puentes de la calle 134 y 170.
Para el año 2000 Bogotá pone al servicio el intercambiador vial de Matatigres ubicado entre la carrera 30 (NQS), la avenida 27 sur (avenida General Santander) y la Avenida Quiroga.
El puente conectó tres vías distintas: la avenida General Santander con la diagonal 44 sur, aquí el puente tiene una salida curva y una conexión adicional con la avenida Quiroga (puente recto). Con tres carriles y un ancho de 10,6 metros.
Las obras de los puentes realizados a partir de 1980 tienen una especial característica ya que cuentan con orejas de entrada y salida a diferentes vías arterias y secundarias, que han logrado no sólo cambiar la cara a la ciudad sino transformar a medida que han aparecido los sectores de influencias.
Con la red que hoy esta constituía por 387 puentes vehiculares, se ha impulsado el desarrollo de antiguas zonas deprimidas, la expansión urbanística de la ciudad, se ha mejorado la movilidad e incrementado la aparición del comercio y la industria en las otrora zonas aisladas del desarrollo.
Se construirán 14 puentes en 4 años
De acuerdo con el Plan De Desarrollo Económico, Social, Ambiental y de Obras Públicas para Bogotá Distrito Capital 2012-2016, se construirán el 3,8 por ciento de puentes vehiculares a través del Grupo 2 y 3 del Acuerdo de valorización de 2005, es decir, 14 puentes nuevos.
Y es que en la parte III del capítulo VI, programa de ejecución, se establece que los proyectos de infraestructura de movilidad que se ejecutarán prioritariamente durante la vigencia del plan de desarrollo y que se articularán al programa de revitalización del centro ampliado y de vivienda y hábitat.
Puentes vehiculares que se construirán
Av Ciudad de Cali por Av FFCC de Occidente.
Av. El Rincón por Av. Boyacá.
Av. José Celestino Mutis (Ak 63) por Av. Boyacá.
Av. Medellín (Calle 80) por Av. Colombia (Carrera 24).
Puente Aranda (Carrera 50) por Av. Américas.
Av. Comuneros, Calle 6 y Calle 13
Av. Chile por Av. Ciudad de Cali
Av. Alfredo Bateman (Carrera 60) por Av. Pepe Sierra (Calle 116).
Av. Alfredo Bateman (Carrera 60) por Av. España (Calle 100).
Av. Alfredo Bateman (Carrera 60) por Av. Rodrigo Lara Bonilla (Calle 127).
Av. Ciudad de Quito (AK 30) por Av. Primero de Mayo (calle 22 sur).
Av. Chile por Av. del Congreso Eucarístico.
Carrera 68. Orejas y conectantes.
Av Contador por Av Laureano Gómez.
Auto Norte por Av Sirena Avenida Constitución por Av Medellín.
Así mismo, se mejoraran el 17 por ciento del estado de los puentes vehiculares inventariados, a través de la rehabilitación de 24 puentes y el mantenimiento de 37 puentes vehiculares.
Estado de la infraestructura
Con relación al estado actual de los puentes vehiculares peatonales y vehiculares del Distrito, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) cuenta con el estado actualizado de 220 puentes que corresponden a los inventariados.
El estado de condición de los puentes se establece con el Índice de Riesgo del Puente, parámetro que permite calificar la condición superficial de la estructura del puente. Este Índice depende del Índice de Vulnerabilidad que consiste en la evaluación del estado de los diferentes elementos propios de la estructura del puente, y del Índice de Amenaza que califica el conjunto de agentes externos que pueden afectar la estabilidad del puente.
Con base en los resultados obtenidos a partir del Índice de Vulnerabilidad y el Índice de Amenaza se obtiene el Índice de Riesgo el cual define una calificación del estado del puente en un rango de 1 a 5, siendo 1 la mejor y 5 la más desfavorable, interpretando lo anterior como recomendación de intervención
Frente a las estrategias de conservación, el mantenimiento para este tipo de estructuras está contemplado dentro de la normatividad vigente en las Normas Colombianas de Diseño y Construcción Sismo Resistente (NSR-98, Ley 400 de 1997 y sus decretos reglamentarios), el Código Colombiano de Diseño Sísmico de Puentes Ministerio de Transporte - INVIAS (CCP-200-94), el Estudio de Microzonificación Sísmica de Bogotá INGEOMINAS – Uniandes (Decreto 074-2001) y los Estudios y Desarrollos Tecnológicos Nacionales e Internacionales aplicables a la Infraestructura de puentes de Bogotá, D.C. en especial para los temas de la actualización sísmica y rehabilitación estructural.
La única que especifica el tema del mantenimiento en los puentes corresponde a una reglamentación interna del gobierno nacional; los criterios expuestos en este documento, son el principal punto de partida para definir las políticas de mantenimiento de los puentes vehiculares de Bogotá.
De otra parte, las Normas Colombianas de Diseño y Construcción Sismo Resistente, aunque tiene un enfoque orientado a edificaciones convencionales tales como edificios, incluye aspectos dentro del tema de inspección y evaluación de la vulnerabilidad de estructuras existentes.
El estudio de microzonificación sísmica de Bogotá definió la respuesta sísmica local de los depósitos de suelos y por ende definió un primer insumo para adelantar los trabajos de actualización sísmica y rehabilitación estructural para la infraestructura de la ciudad. De esta forma el programa de mantenimiento de puentes del IDU se incorporó dentro de las labores de rehabilitación estructural y actualización sísmica de acuerdo con las directrices del CCP.