Los líderes mundiales mantenían reuniones bilaterales y multilaterales para ultimar detalles de cara a la apertura de la 67ª Asamblea General de la ONU el martes, centrada en las crisis que afectan al mundo, como Siria, Libia, Irán y Medio Oriente.
Varios jefes de Estado y de gobierno llegaron a Nueva York, como el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, quien se reunió con el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon para discutir la situación en su región, según informaron funcionarios de la ONU.
En el encuentro, Ban advirtió a Ahmadinejad sobre las "consecuencias potencialmente dañinas de la retórica incendiaria" para Medio Oriente, y urgió a Irán a adoptar las medidas necesarias para ganarse la confianza internacional y demostrar la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa nuclear.
Si bien Teherán ha negado en forma reiterada que esté buscando fabricar una bomba atómica, Occidente cree lo contrario y Francia, el Reino Unido y Alemania pidieron en forma oficial el domingo que la Unión Europea adopte nuevas sanciones contra Irán.
Además de la cuestión nuclear iraní, la situación en Siria y la oleada de violencia en el mundo árabe contra un filme islamófobo centran la atención de esta Asamblea General, que será abierta el martes por la presidenta brasileña Dilma Rousseff seguida de su homólogo estadounidense Barack Obama.
El drama sirio ocupará un lugar destacado en los discursos, pero también al margen de la Asamblea, con reuniones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En ese sentido, el mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, tenía previsto informar el lunes al máximo órgano de decisión de la ONU de su primera visita aparentemente infructuosa a Damasco.
El miércoles habrá una sesión ministerial del Consejo de Seguridad dedicada a analizar la Primavera Arabe y los amigos de Siria, un grupo de países occidentales y árabes que apoyan a los opositores del presidente Bashar al Asad, se reunirá el viernes para evaluar los medios para unificar a esa oposición y preparar el periodo post Asad.
"Extrañamente, todo el mundo pensará en Siria, hablará sobre Siria, pero no se prevé ninguna decisión, ningún gran progreso" durante la Asamblea, comentó sin embargo un diplomático.
En efecto, Rusia y China han mantenido bloqueada toda resolución en el Consejo de Seguridad y sólo estarán representados en Nueva York esta semana a nivel ministerial.
Libia y Afganistán son otros dos países cuya inestabilidad preocupa a la comunidad internacional y la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton tenía previsto reunirse por separado con el presidente paquistaní Asif Alí Zardari, su homólogo libio Mohamed Magariaf, y el afgano Hamid Karzai.
Los países de la Organización de la cooperación islámica (OCI) deben por su lado discutir el viernes en Nueva York las consecuencias del video islamófobo que desató una ola de violencia en el mundo musulmán.
Su secretario general, Ekmeleddin Ihsanoglu, aspira a que los dirigentes reunidos en Nueva York "destaquen que es responsabilidad moral de todos (...) no insultar 'a otro' en sus valores más sagrados".
En una declaración a la AFP, Ihsanoglu también llamó a "romper el círculo vicioso de la provocación y la reacción violenta".
Del lado de América Latina, los jefes de Estado que ya llegaron a la Gran Manzana aprovechaban para avanzar con sus agendas nacionales.
El presidente paraguayo, Federico Franco, se entrevistó el domingo con Ban Ki-moon, quien le manifestó su deseo de un diálogo político en Paraguay antes de las elecciones de abril de 2013 en ese país.
Por su parte, el hondureño Porfirio Lobo iba a reunirse con el director ejecutivo de la oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, Yuri Fedotov, para gestionar ayuda para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
La argentina Cristina Kirchner debía mantener un encuentro con el financista húngaro-estadounidense George Soros y visitar una exposición sobre Evita en el consulado argentino de Nueva York.