El salario del congresista | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Diciembre de 2019

No soy, no he sido y no seré parlamentario, pero hay que ser justos en cuanto a lo que se gana un congresista. Me parece inadecuada la propuesta de rebajarle el salario a quienes están sirviendo al país y son soportes de la democracia.

Muchos piensan que el Senador o Representante no trabaja y es corrupto, eso es falso, estos personajes se mantienen cargados de tareas tanto en las comisiones a las que pertenecen, en las plenarias, en el estudio de la situación nacional, elaboración de proyectos, atención a las comunidades que los eligieron, en las visitas constantes a sus regiones, reuniéndose con funcionarios públicos, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales de las poblaciones, con gente de su partido, también atendiendo a la prensa y a tantas personas que acuden a ellos solicitando servicio y ayudándoles a resolver sus problemas.

No es cierto que el congresista sea un vago, lo digo objetivamente porque he observado a muchos de ellos, la gran mayoría siempre ocupados e interesados en sus responsabilidades. Desde luego que hay algunos “maquetas”, haraganes y ausentistas, que nunca intervienen en los debates, que jamás se les ha escuchado sus voces y que se apoyan solamente en sus colaboradores de la UTL.

Un congresista es persona expuesta públicamente, una buena cantidad de ellos se han granjeado enemigos que los obligan a ser precavidos en su seguridad y la de sus familias. El cuerpo de seguridad que los asiste, en los gastos cotidianos como almuerzos, refrigerios y demás asuntos menores que suman diariamente, salen del bolsillo del congresista.

Ahora bien, el parlamentario nominalmente cuesta al Estado sobre los 32 millones de pesos mensuales, pero con los descuentos recibe solo 24 millones, que traducido en dólares son unos seis mil ochocientos, lo que se gana un empleado medio en Europa. Este salario es equivalente a países latinoamericanos y muy inferior a los Estados Unidos y Europa.  No creo que con esta cifra persona alguna se haga millonaria y por lo tanto, reduciendo los sueldos a la mitad, vayamos a tener un mejor Congreso.

A ninguna persona le gusta que le rebajen sus ingresos, hacerlo sería un empujón a la corrupción y es cierto que algunos congresistas resultan corruptos, pero no son todos.

El ausentismo es otro problema, pero el Congreso tiene fórmulas para ello, descontándoles el no asistir a las sesiones. Si queremos tener una democracia firme y sana, hay que pagarles bien a los congresistas y creo que lo que reciben es justo y equitativo al esfuerzo que significa obtener una curul para ejercer su trabajo legislativo.

A mi manera de ver esos 16 mil millones de pesos que apuntan a la reducción, si bien es cierto que es una cifra importante, debilita la democracia. Si yo fuera parlamentario me opondría a esa medida, puesto que la dedicación y seriedad a las responsabilidades del oficio es la compensación, ya que por unos cuantos deshonestos no pueden pagar aquellos que honradamente le están sirviendo al país.

arangodiego@hotmail.com