Pombo: respetar normas es cultura ciudadana | El Nuevo Siglo
Carlos Roberto Pombo Urdaneta, presidente de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá.
Cortesía
Martes, 6 de Diciembre de 2022
Redacción Política

En sesión solemne en el parque Museo El Chicó, se anunciará el ganador del Premio Gonzalo Jiménez de Quesada, que entrega la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá. EL NUEVO SIGLO habló con su presidente, Carlos Roberto Pombo Urdaneta.

EL NUEVO SIGLO: ¿A qué se dedica la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá y quiénes la conforman?

CARLOS ROBERTO POMBO URDANETA: Haber trabajado por más 100 años con el único interés de lograr una ciudad mejor para todos sus habitantes, le imprime a la Sociedad de Mejoras y Ornato el carácter de ser la organización cívica más antigua y respetada de Bogotá. La tarea que por más de un siglo desarrollaron sus asociados, sus juntas directivas, y quienes la presidieron, en defensa de la ciudad, del espacio público y del sistema ambiental, así como la promoción certera de la cultura y los más hondos valores ciudadanos. La conforma la Junta Directiva y cerca de 140 personas con trayectoria cívica y trabajo esmerado por la ciudad, preocupados por la sana convivencia y el mejoramiento de la calidad de vida en esta ciudad compleja y cambiante.

ENS: Son más de cien años de historia, ¿cuál es su principal hito?

CRPU: Desde el inicio y hasta nuestros días la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá ha servido de puente para el diálogo entre la ciudadanía y la administración en el estudio de los problemas y temas de ciudad. Entre sus innumerables actividades ha presentado propuestas para el mejoramiento de parques, plazas, avenidas, calles y espacios públicos. También lanzó ideas para la correcta ubicación de las estaciones de servicio y plazas de mercado. Igualmente, intervino en la política para la prestación de servicios públicos domiciliarios y del alcantarillado de la ciudad.

De otra parte, propendió por la reforestación de los cerros orientales y la eliminación de las canteras. Y, en materia de ornato, fue pionera en la valoración y elaboración de campañas para la conservación de edificios patrimoniales. Contribuyó al diseño de espacios públicos como el mejoramiento de los andenes de la carrera 15 (entre calles 72 y 100) y los de la avenida Pepe Sierra (entre la carrera 7a y la Autopista Norte), así como intervino en los programas de arborización para distintos separadores urbanos, entre otros.

ENS: ¿Cuáles son, a su juicio, los principales desafíos de la capital?

CRPU: Respetar las normas establecidas por las autoridades es cultura ciudadana, alcanzar la interrelación armónica entre ciudadanos es civilidad. El concepto de ciudadanía resulta de la interacción entre el individuo y el sistema jurídico-político legalmente constituido, que le confiere derechos y le impone obligaciones. Entre tanto, civilidad es el fundamento de las interrelaciones armónicas entre ciudadanos, construidas a partir de sistemas eficaces de comunicación. Que la forma armoniosa de habitar la ciudad –la civilidad–, surja de fuerzas como el arte y al amor, es no solo sugestivo sino esperanzador frente a la manera en que los ciudadanos del presente percibimos nuestra ciudad.

ENS: ¿Cuál es la importancia del Premio Gonzalo Jiménez de Quesada?

CRPU: Es el galardón que se entrega cada año desde 1938, por mandato del Cabildo Municipal, a personas e instituciones por su aporte a la formación de civilidad y al mejoramiento de la calidad de vida de Bogotá. Lo han recibido, entre otros, Juan Antonio Pardo, fundador del Instituto para Ciegos (1941); Agustín Nieto Caballero, rector del Gimnasio Moderno (1964); padre Javier de Nicoló (1984); padre Fernando Rueda Williamson, por su obra social desde la parroquia del barrio Egipto (1986); emisora H.J.C.K El Mundo en Bogotá (1990); Fundación Niños de los Andes (1991); Germán Arciniegas, historiador y americanista (1992); Fundación Solidaridad por Colombia (1993); Fanny Mikey, por 50 años de trabajo en favor de la cultura (1997); Corporación La Candelaria (1998); José Salgar, por su columna "El Hombre de la Calle" en el diario El Espectador (1999); maestro Fernando Botero, por la donación de obras artísticas a la ciudad (2001); museo Maloka (2003); Rogelio Salmona (2007); Fundación Cardioinfantil (2013); Julio Carrizosa Umaña (2018); padre Diego Jaramillo, por la obra de la Corporación Minuto de Dios (2019) y el padre Alberto Saldarriaga, por el Banco de Alimentos de Bogotá (2021).