OPEP+ mantiene producción de crudo en medio de sanciones contra Rusia | El Nuevo Siglo
AFP
Domingo, 4 de Diciembre de 2022
Agence France Presse

Los miembros de la OPEP+ decidieron el domingo mantener sus niveles de producción de petróleo en un contexto especialmente inestable, la víspera de la entrada en vigor de las sanciones contra el crudo ruso.

Los representantes de los 13 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y de sus 10 aliados –entre los que figura Rusia– acordaron mantener la tendencia actual decidida en octubre, con una reducción de dos millones de barriles diarios hasta finales de 2023, informaron a AFP dos participantes de la reunión.

La OPEP+ confirmó en un comunicado que mantiene la decisión de octubre, que había sido tomada para mantener los precios y había provocado la ira de la Casa Blanca, que buscaba a toda costa reducir los precios en las gasolineras.

Desde entonces, los precios de las dos referencias mundiales del oro negro han perdido terreno y se sitúan ahora entre los 80 y los 85 dólares, lejos de sus máximos de más de 130 dólares alcanzados en marzo tras el inicio de la invasión de Ucrania.

"Esto, en retrospectiva, valida nuestra estrategia", dijo el cartel. "Era la forma correcta de actuar para estabilizar los mercados", argumentó.

La próxima reunión se fijó para el 4 de junio de 2023, pero el grupo se mostró dispuesto a reunirse "en cualquier momento" de aquí a esa fecha para tomar "nuevas medidas inmediatas" si fuera necesario.

Focos puestos sobre Rusia

La decisión, que no causó ninguna sorpresa, se tomó tras una rápida reunión por videoconferencia.

El status quo se justifica por "la incertidumbre sobre el impacto en la producción de crudo ruso" del nuevo paquete de sanciones, comentó para la AFP Giovanni Stauvono, analista de UBS.

Rusia está indignada contra la decisión de la Unión Europea, el G7 y Australia de limitar el precio de su petróleo, que entrará en vigor el lunes "o poco tiempo después".

También hoy comenzará el embargo de la UE sobre las entregas marítimas de crudo ruso. Este impedirá los envíos de crudo ruso en buques cisterna a la UE, que representan dos tercios de las importaciones, lo que reduciría las arcas de Rusia para la guerra en Ucrania en miles de millones de euros.

El precio del barril de crudo de los Urales se sitúa actualmente en torno a los 65 dólares, apenas por encima del tope de US$60, lo que implica un efecto limitado a corto plazo.

El Kremlin amenazó con suspender las entregas a cualquier país que adoptara la medida.

La amenaza de Moscú pone a algunas naciones "en una posición muy incómoda", dice el analista de Oanda, Craig Erlam: la de "elegir entre perder acceso a petróleo ruso barato o enfrentar sanciones del G7".



Temores

Otro elemento que influyó en la decisión de la OPEP+, según el experto de UBS, fue "una cierta relajación" de las estrictas restricciones sanitarias en China, que podría reducir las preocupaciones del mercado.

La demanda de este país, que es el primer importador de crudo del mundo, es examinada con lupa por los inversores, y el menor signo de desaceleración de la economía o de resurgimiento de epidemias tiene un impacto directo en los precios.

En este sombrío panorama y frente al temor a una recesión mundial, el Brent del Mar del Norte y su equivalente estadounidense, el WTI, han caído alrededor de un 8% desde la última reunión de la alianza a principios de octubre.

Aunque la OPEP+ optó por la cautela el domingo, la alianza podría en los próximos meses "adoptar una postura más agresiva" en una advertencia a Occidente, predice el analista de UniCredit Edoardo Campanella.

Esto podría "empeorar la crisis energética mundial", advirtió. Y podría enfadar a Washington, cuyos esfuerzos diplomáticos para conseguir una reducción de los precios han fracasado.

De otro lado, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró insuficiente el precio máximo de US$60 para el barril de petróleo ruso impuesto por la Unión Europea (UE), el G7 y Australia, y el cual Rusia rechaza.

La entrada en vigor de la medida está prevista para el lunes, junto con un embargo de la UE al crudo ruso, en una nueva vuelta de tuerca de las sanciones aplicadas desde que el presidente Vladimir Putin ordenara a sus tropas invadir Ucrania, el 24 de febrero.

El coste actual del barril de petróleo ruso (crudo de los Urales) se sitúa alrededor de los US$65, por lo que fijarlo en un máximo de US$60 tendrá un impacto limitado.

"No es una decisión seria fijar este límite para el precio ruso (del crudo), dado que resulta cómodo para el presupuesto del Estado terrorista (Rusia)", aseguró Zelenski, según la oficina de la presidencia.

"Lo lógico hubiera sido establecer un precio máximo para el barril de petróleo ruso de US$30, en lugar de US$60, como lo propusieron Polonia o los países bálticos", afirmó Zelenski.

"Perdiendo tiempo"

Las autoridades ucranianas se habían mostrado más optimistas respecto a las repercusiones de esta medida.

"Siempre alcanzamos nuestro objetivo y la economía de Rusia será destruida y Rusia deberá asumir la responsabilidad de todos sus crímenes", afirmó el jefe de gabinete presidencial ucraniano, Andriy Yermak.

Sin embargo, Yermak ya había reconocido que "se debería haber bajado a US$30 para destruir (la economía rusa) más rápidamente".

"Es solo cuestión de tiempo para que nos dotemos de herramientas más fuertes", dijo el presidente ucraniano. "Es una lástima el tiempo que estamos perdiendo", añadió.

El G7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Japón) aseguró que pretende con la medida “evitar que Rusia obtenga ganancias de su guerra agresiva contra Ucrania" y "apoyar la estabilidad en los mercados energéticos mundiales".

Rusia rechazó tajantemente esas limitaciones: "No aceptaremos ese tope", declaró el portavoz presidencial Dmitri Peskov, agregando que Moscú estaba "analizando" la medida.

LA OPEP prefirió mantener la producción actual de crudo para no complicar la crisis por los precios ante las sanciones a Rusia.

Sin luz y agua en Ucrania

Los bombardeos rusos de las últimas semanas contra las infraestructuras energéticas de Ucrania privaron a millones de familias de luz, agua y calefacción, en plena llegada del invierno boreal.

"Tenemos que aguantar", dijo el gobernador de la región sureña de Mikolaiv, Vitaliy Kim, en Telegram.

En Jersón (sur), "las redes eléctricas, que no funcionaban a causa de los bombardeos enemigos, vuelven a estar conectadas" y "el 75% de la ciudad dispone de nuevo de electricidad", destacó el responsable de la administración regional, Yaroslav Yanushevych.

Putin estima que esos bombardeos contra infraestructuras energéticas son "necesarios e inevitables ante los ataques provocadores de Kiev", según el Kremlin.

El presidente ruso volvió a quejarse, en una conversación con el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, del apoyo financiero y militar occidental que le ha permitido a Ucrania infligir humillantes derrotas a Rusia en el mayor conflicto europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Pero la contraofensiva ucraniana dejó aparentemente de avanzar con la misma rapidez.

Los combates son especialmente "duros" en el este, porque "los rusos tuvieron tiempo de prepararse" después de los reveses, indicó el gobernador de la región de Lugansk, Serguéi Gaidai.

La situación es "difícil" cerca de Bajmut, en la región oriental de Donetsk, señala un informe del ejército ucraniano. Los rusos tratan de conquistar esta localidad desde el verano y controlarla representaría un éxito para Moscú tras los repliegues recientes.

Donetsk forma parte de la cuenca del Donbás, que Rusia se anexionó a inicios de octubre, aunque hasta ahora no haya conseguido conquistarla íntegramente.

Putin pretende realizar una visita en esa zona "en el momento oportuno", dijo el sábado Peskov, reiterando que, para Moscú, se trata de "una región de la Federación de Rusia".

El presidente estadounidense, Joe Biden, dice estar "dispuesto a hablar" con Putin si busca "una manera de terminar la guerra" y retirar sus tropas de Ucrania, pero Peskov afirma que Rusia se opone a esas condiciones.

Por su parte, Ucrania rechaza cualquier negociación con Putin si no se respeta su integridad territorial, lo que incluye la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.