Perspectiva. Colombo-chino que volvió para que Bogotá ruede | El Nuevo Siglo
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Sábado, 8 de Octubre de 2022
Redacción Nacional

Ver la ciudad con otros ojos no es una tarea fácil para aquellas personas arraigadas a las mismas calles y montañas, testigos permanentes del transcurrir de sus vidas. Pero para una persona que tiene tanta sangre colombiana como china, y que comparte tanto la historia ancestral de las cinco dinastías del gigante asiático previas al año mil, como la herencia de la civilización muisca, hoy Bogotá representa una imperdible oportunidad para construir de ceros el futuro del transporte masivo y sostenible que, para los que creemos en el proyecto del Metro, comenzará con su primera línea.

Ese es el caso y la historia de vida de Luis Yun Xiang Hong Sánchez, uno de los trabajadores de Metro Línea 1, que se desempeña en el equipo financiero del consorcio chino apoyando el recaudo de fondos para el proyecto.

De madre bogotana y de padre chino, hace exactamente dos años Luis Yun Xiang Hong tomó la decisión de venirse a la capital colombiana a trabajar por la materialización de la primera línea del Metro y, consciente de que no será una tarea corta, ni mucho menos fácil, sabe que su paso por esta ciudad, en ocasiones tan difícil y hostil, será largo.

“Jamás me habría imaginado que regresaría a Colombia a trabajar en esto, pero fue una coincidencia muy linda porque en una de las visitas a mi abuela me enteré de que sería un proyecto chino el que haría el Metro de Bogotá. Yo sabía que la ciudad llevaba décadas tratando de consolidar este proyecto y pensé en mis lazos chinos como una señal de buena fortuna. La construcción de infraestructura en un ámbito urbano como el de Bogotá es un desafío enorme que me inspiró y no lo pensé dos veces cuando me postulé”.

Convencido, como millones de bogotanos, de que esta ciudad necesita con urgencia no solo una línea sino un sistema de metro, a este joven ejecutivo le llama mucho la atención que haya detractores de este proyecto, por el hecho de que sea una línea elevada, cuando ciudades en las que él ha vivido como Boston (cuya línea verde es toda elevada) y Tianjin, cuyo sistema es no subterráneo, han demostrado su efectividad.

“Las ciudades con sistemas de metro son más humanas, más igualitarias y más dignas. Yo estoy absolutamente convencido de que introducir un metro a las dinámicas de Bogotá va a no sólo a mejorar la movilidad, sino la calidad de vida de millones de personas. A eso le apuesto y por eso estoy acá. Steve Jobs fue capaz de visualizar el Iphone antes de saber exactamente qué sería. Esto te lo digo porque en estos momentos para los bogotanos es difícil visualizar cómo la primera línea mejorará sus vidas, pero así será. Hay que tener paciencia porque valdrá la pena y todo el mundo dirá: Obviamente queremos esta línea de metro y necesitamos más”.



Cómo terminó acá

Nacido en Estados Unidos en 1993, sus padres se casaron acá en Colombia, pero se fueron a vivir a las afueras de Chicago para que su progenitor pudiera concluir su posgrado. Con un año de vida se trasladaron para China, en donde primero vivió en Zhuhai, al sur del país, y durante los últimos cuatro años de secundaria se trasladó a Tianjin, una ciudad que queda a una hora de la capital (Beijing) “desde que se construyó un tren bala”, hace la aclaración.

Poco después, mientras adelantaba un intercambio estudiantil en la Universidad de Los Andes y hacía sus prácticas en la Cámara de Comercio Colombo-China, se enteró del proyecto y tomó la decisión de aplicar.

Aunque él ya había venido en varias oportunidades, pues lazos de sangre lo unen a esta tierra, jamás había vivido acá y por consiguiente no había tenido la oportunidad de conocer a fondo sus raíces colombianas, que es a lo que se ha dedicado en los últimos dos años este graduado del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Ciencias en gestión.

“La decisión de regresar definitivamente a Colombia en el fondo no fue únicamente porque me gustara la cultura, la gastronomía y la historia, sino porque yo tengo una conexión personal con este país. Tengo raíces echadas en esta tierra. Y en estos dos años me dediqué a descubrirlas. He leído historia colombiana, he viajado a todos los pueblos patrimoniales que he podido, he explorado desde el Amazonas hasta la Costa Caribe y aquí me siento muy orgulloso de ser un participante activo de mi cultura y de construir por mi país. Aquí no soy extranjero”.

¿Pero la razón de fondo que lo llevó a quedarse acá? ¿El punto de quiebre que hizo que su vida tuviera un antes que se distribuía entre China y Estados Unidos y un ahora, en la ciudad de Bogotá? La respuesta está en el Neusa.

“Yo hice un viaje hermosísimo a la laguna del Neusa, me encontré entre las montañas y me di cuenta de la vida secreta que pueden tener los bogotanos, de escaparse a estos pueblitos que hay a su alrededor. Esa es una posibilidad que uno no reconoce cuando vive entre la bulla, pero Bogotá tiene una hermosura natural a su alrededor que hace que vivir acá sea una buena experiencia”.