Definir norte económico | El Nuevo Siglo
Viernes, 1 de Julio de 2022

* La llegada de Ocampo a Minhacienda

* Urge reducir incertidumbre pos-electoral

 

Es claro ya que el principal proyecto que el gobierno electo de Gustavo Petro llevará al Congreso que se instalará el próximo 20 de julio será el de la reforma tributaria. Incluso el mandatario entrante ha indicado que una de las columnas vertebrales del llamado “acuerdo nacional” que está planteando a todo el país pasa necesariamente por lograr un consenso sobre el apretón impositivo.

En vista de ello, todos los sectores nacionales venían urgiendo del entrante mandatario que enviara señales claras sobre cuál será su equipo económico y que este comenzara a delinear las bases de la citada iniciativa, cuyo objetivo principal no solo es continuar disminuyendo el déficit fiscal que creció por el plan de contingencia que se aplicó para contener la crisis pandémica, sino financiar una amplia gama de reformas prometidas en campaña.

El miércoles pasado el presidente electo envió una primera señal: designó como Ministro de Hacienda al experimentado economista José Antonio Ocampo, cuya amplia trayectoria en cargos nacionales e internacionales no necesita mayor presentación. El entrante zar de las finanzas ha sido muy cauteloso en sus primeras declaraciones, señalando no solo que el proyecto tributario apenas está en construcción, sobre todo en temas clave como el monto de recaudo esperado y los sectores que soportarán el ajuste impositivo, sino en cuanto a cuáles serán las prioridades de gasto público a corto, mediano y largo plazos. Por lo tanto, todavía no se sabe cuáles exenciones tributarias serán eliminadas y su consecuencia, como tampoco qué tanto se ampliará la base de pagadores de impuestos, ni mucho menos cuál será la afectación de las rentas de trabajo o de capital…

Esa cautela es entendible en la medida en que cualquier proyección de indicadores económicos es muy complicada debido a un escenario internacional muy volátil por cuenta del pico inflacionario, la reducción de la oferta global de alimentos, agroinsumos y otros productos básicos, así como la disparada de los precios de los hidrocarburos, circunstancias derivadas principalmente de la guerra en Ucrania tras la invasión rusa hace cuatro meses. Si bien es cierto que Colombia mantiene unos ritmos de crecimiento económicos muy positivos, y que indicadores como el desempleo y la pobreza están en vías de recuperar los niveles prepandemia, la situación global es cada día más preocupante, al punto que los expertos y entidades multilaterales no descartan el freno de la recuperación mundial y el asomo de un clima recesivo del que ninguna nación puede abstraerse.

En ese orden de ideas, proyectar una reforma tributaria en el segundo semestre tiene una serie de complejidades, más aún si de forma paralela el gobierno entrante sigue insistiendo en propuestas de alto impacto en ingresos y equilibrio fiscal, como el marchitamiento de la industria de hidrocarburos o los ajustes en materia pensional y de régimen de cesantías, entre otros.

Por lo mismo, resulta evidente que la designación de Ocampo, por más ponderación que su experticia transmite a nivel local, todavía es insuficiente para enviar un mensaje de tranquilidad al país. Se requeriría, por ejemplo, conocer los perfiles de quienes ocuparán ministerios como los de Ambiente y de Minas y Energía, así como el director de Planeación Nacional. Aunque es sabido que en medio de una campaña electoral los candidatos se toman ciertas licencias en materia de propuestas y reformas, comprometiendo discursivamente cifras billonarias del presupuesto oficial, es evidente que definida ya la sucesión en la Casa de Nariño hay una creciente incertidumbre en Colombia sobre cómo piensa aterrizar el gobierno entrante sus promesas proselitistas y la viabilidad política, económica, social e institucional de las mismas.

A dos semanas y media de que arranque el Legislativo resulta urgente empezar a despejar muchas dudas sobre las reformas que impulsará el nuevo Ejecutivo. Aunque un ajuste impositivo aprobado este año solo se aplicaría a partir del próximo, es claro que definir los montos del mismo resulta vital para señalar el ritmo de apropiaciones de recursos en el proyecto de presupuesto general de la Nación 2023, que debe ser presentado en las primeras de cambio de este cuatrienio parlamentario. Igual deben definirse en el cronograma de gastos e inversión los rubros necesarios para una eventual ampliación de subsidios y programas asistenciales, entre otros aspectos cruciales.

Visto todo lo anterior, podría decirse que con la designación de Ocampo el gobierno entrante empieza a enviar señales sobre lo que será el modelo económico, pero todavía faltan muchos elementos para establecer cómo funcionará y se financiará este.