Se inicia la nueva era laboral | El Nuevo Siglo
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Viernes, 1 de Mayo de 2020
Redacción Economía
Las nuevas formas de trabajo y la necesidad de transformación en las empresas para sobrevivir están cambiando el chip del mercado. El Covid-19 aceleró todo y urge una nueva regulación del empleo en el país

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Hasta el año pasado, la conmemoración del primero de mayo era motivo de celebración para  millones de trabajadores en todo el mundo y por lo general, se  utilizaba este día para el reclamo de mejoras laborales, como lo hicieron los trabajadores que fueron sacrificados ese día de 1886 en Estados Unidos y que dieron motivo para la conmemoración tradicional.

Sin embargo, la celebración  hoy es distinta. El confinamiento por el Covid-19, no solo impide que se realicen marchas multitudinarias en todo el mundo, sino que la pandemia está transformando todo hasta el punto que hoy se inicia una nueva laboral.

La vida de los trabajadores, empresas, y del mercado laboral en general está cambiando de una forma acelerada, hasta el punto que el desarrollo del teletrabajo, que hasta hace cuatro meses solo era contemplado por las empresas como una ligera alternativa para que los empleados que por enfermedad o alguna circunstancia no podían hacer presencia en la oficina, hicieran su labor desde la casa.

Pero hoy, con el ritmo avasallador del virus, el teletrabajo ha tomado una velocidad inusitada que ya nadie cuestiona. Es tal el avance de acción que, prácticamente, ha desbordado la capacidad que tenían las organizaciones para preparar con rapidez a sus empleados para que trabajen desde la casa.

Pero este fenómeno no se ha quedado allí, en el simple desarrollo digital del trabajo fuera de la oficina, sino que también amenaza con transformar de afán la forma de laborar en las organizaciones.

 

Desaparición de empresas

La increíble mortandad de empresas y empleo, que según la OIT, será peor que en 2008, afectará de diferentes formas a los países. En Colombia, según datos del DANE, ya este año se han perdido 287.000 puestos a marzo, cuando empezó la cuarentena. Pero la OIT cree que se van a destruir 195 millones de empleos en el mundo.

De todos modos,  hoy todo ha cambiado y ante la arremetida del teletrabajo, el país y sus códigos laborales deberán transformarse para regular esta nueva actividad, que según los expertos, ya la están desarrollando cerca de 240.000 trabajadores en el país. Antes de la cuarentena, solo 225.000 personas lo hacían.

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Al respecto, María Mexi, especialista en mercados laborales digitales y consultora de la OIT, dice que “mientras el virus continúa propagándose, por primera vez, algunos empleados trabajarán desde su casa, en contextos habilitados digitalmente y no limitados a un espacio de oficina tradicional. Sus vidas laborales se verán enormemente alteradas, patas arriba. Sin embargo, para millones de trabajadores de todo el mundo que hacen trabajos puntuales por encargo, trasladar su vida laboral a Internet no es algo nuevo. Es la manera habitual de trabajar”.

 

Las brechas

Sostiene la experta que “las brechas persistentes en la cobertura de protección social para los trabajadores -en viejas y nuevas formas de empleo- constituyen un desafío fundamental para los mercados de trabajo en el contexto posCovid-19. Esto es importante, principalmente, para el futuro del trabajo que queremos crear en la era digital. Necesitamos facilitar este trabajo por los muchos beneficios que puede ofrecer a empresas y trabajadores”.

Sobre el comportamiento de las empresas, el analista Peter Thomson argumenta que “las empresas siguen aplicando prácticas de la época industrial a patrones de la nueva era de la información. En un mundo de individuos en red y emprendedores autónomos, las empresas siguen gestionadas mediante sistemas jerárquicos de cadena de mando. Estamos en plena revolución de la información y nos enfrentamos a cambios fundamentales en nuestra manera de vivir y de trabajar”.

Asegura que “la diferencia está en que la revolución en curso ha supuesto en una sola década tantos cambios como la industrial a lo largo de un siglo”. Según Thomson, los factores que impulsan esta avalancha de cambios son el trabajo inteligente/flexible y la creciente demanda de equilibrio entre vida profesional y personal, así como la satisfacción en el trabajo. Para que esta transformación funcione, es necesaria una revolución en las prácticas de gestión”.

 

Nuevas formas

Nos encontramos en una confluencia interesante en la historia del trabajo. Conservamos prácticas laborales de la era industrial de los últimos doscientos años que conviven con los nuevos patrones de empleo para la era de la información. Así, el código sustantivo de trabajo que data del siglo pasado hoy debe cambiar, ser transformado para adecuar las nuevas formas laborales, como el teletrabajo, e incluir sus riesgos y beneficios.

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Para que se produjera el último cambio histórico de semejante magnitud fueron necesarias muchas décadas y varias generaciones. Durante la Revolución Industrial, el trabajo se fue desplazando lentamente del campo a las fábricas, transformando así, el rostro de la sociedad. Hoy estamos en plena revolución de la información y también, nos enfrentamos a alteraciones fundamentales en nuestros modos de vivir y trabajar. La diferencia está en que la revolución en curso ha originado en una sola década tantos cambios como ocasionó la industrial a lo largo de un siglo. Hoy el cambio no ha tardado tanto, sino que se está dando con la misma velocidad de la luz. Por el virus y la cuarentena, esta transformación cogió tanto a los trabajadores como a la mayoría de las empresas en paños menores.

 

¿Sobrevivirán?

Señalan los expertos que la verdadera pandemia empresarial y laboral, no es de ahora sino de cuando acabe el virus. Las empresas que se demoren en adaptarse a la tecnología, al teletrabajo, a la era digital, van a desaparecer, al igual que el empleado que no logre entender que todo cambió.

Sin duda, la labor que hoy hacen muchas personas mediante el teletrabajo e incluso, el que hacen la labor de domicilios, va a tener que aceptar las nuevas condiciones laborales, producto de la excesiva oferta y poca demanda. El pago por productividad, que era  una alternativa que tenían algunas empresas, así como el salario por  horas, está ahí como una de las condiciones ya no alternas sino primordiales para el empleo.

Prácticamente, los contratos indefinidos van a acabar en el inmediato futuro, ya que las nuevas alternativas de producción van a cambiar y se va a implementar otro tipo de relaciones laborales entre empresas y trabajadores, de eso no hay duda.

Una vez amaine la pandemia, con el mercado laboral roto en pedazos, tocará reconstruir. Como un tsunami, el coronavirus ha arrasado el planeta, se está llevando por delante millones de empleos y negocios, destrozando tanto profesiones como oficios, y transformando a las sociedades. Luego del Covid-19 nada será igual.

 

El teletrabajo

El teletrabajo, del que se hablaba como gran oportunidad, pero del que muchos recelaban, se ha impuesto en la mayoría de las empresas, y el comercio electrónico se ha disparado en las últimas semanas. En Colombia, el Ministerio de Trabajo anunció que en los próximos días tiene previsto reglamentar el teletrabajo como una importante estrategia laboral en el país. El anuncio lo realizó el ministro Ángel Custodio Cabrera, quien dijo que han salvado muchos empleos de los colombianos.

“Hoy esto requiere una reglamentación y por eso, en el último decreto el Ministerio de Trabajo asumió esa responsabilidad y en los próximos días anunciará esa reglamentación de trabajo en casa”, indicó. A su vez, el funcionario reiteró que este proceso será público con el propósito de conocer las observaciones de los colombianos ante las denuncias que se han hecho por el abuso laboral de las horas de trabajo.