Cruzada para descontaminar cuatro ríos de Bogotá | El Nuevo Siglo
En el último año la Secretaría de Ambiente ha desarrollado más de 1.800 monitoreos de la calidad y cantidad del recurso hídrico.
Secretaría de Ambiente
Jueves, 12 de Mayo de 2022
Redacción Nacional

Como lo dictaminó el Acuerdo 667 de 2017 del Concejo, todos los 12 de mayo, desde hace ya media década, se celebra el Día del Río Bogotá y sus afluentes, con la intención de generar una reflexión y concientización ambiental en torno a los caudales y humedales que tiene la capital. En otras palabras, es un llamado a reflexionar sobre el estado hídrico de la ciudad.

De acuerdo con el profesor titular de la Universidad Nacional y coordinador del Laboratorio de Hidráulica, Leonardo Donado, la calidad del agua capitalina debe analizarse desde dos aspectos: en términos de un sistema de abastecimiento y en cuanto  a vertimiento y calidad.  

Con relación al primero, Bogotá tiene una excelente fuente de abastecimiento principal, que es el Páramo de Chingaza en el embalse del Río Chuza, en donde se produce cerca del 76% del agua de consumo de la ciudad (más o menos 11m3 por segundo). El restante proviene del sector norte y del sector sur.

“El sector norte recoge aguas en el río Bogotá con una planta que tal vez es la que más sufre por las cargas contaminantes de este afluente. Esos 5m3 que se producen en el norte son tal vez los más complicados. Las otras fuentes que son más pequeñas tienen unos embalses y plantas hacia los Cerros Orientales y el sur como Vitelma y algunas represas que vienen del Sumapaz, en el río Tunjuelo, que no producen tanta agua pero es de excelente calidad”, comenzó diciendo.



Vertimiento y calidad demandan mejora

Pero con relación al vertimiento y la calidad, la ciudad tiene una deuda histórica porque no se ha hecho un tratamiento generalizado del agua, y el gran problema hídrico que tiene Bogotá es que “queremos materializar la gran solución al final del tubo, en donde la ciudad está planteando hacer una megaplanta de tratamientos residuales en Canoas con una inversión gigantesca, pero a donde ya está llegando toda el agua con todo lo que trae la ciudad”.

En ese sentido, precisó que sería mucho más eficiente, por ejemplo, hacer separaciones de los vertimientos desde la parte alta. Por poner un ejemplo, el río San Cristóbal viene muy bien desde arriba, desde el parque con el mismo nombre, pero enseguida le llegan todos los colectores de agua residual (conducto subterráneo en el que las alcantarillas vierten sus aguas) que contaminan el afluente al instante.

“Hay una serie de conexiones erradas por toda la ciudad, que se van directamente a los ríos y no a los colectores, pero es de resaltar que el Acueducto ha hecho un ejercicio muy interesante de separar aguas lluvias de aguas residuales, con unos colectores paralelos a los ríos, y llevando todo el sistema a un gran colector en el canal Cundinamarca. El problema es que el agua está muy mezclada y el tratamiento desafortunadamente no es universal", añadió.

En otras palabras, en Bogotá se puede remover materia orgánica y algunos contaminantes específicos del recurso natural pero no se puede remover todo, en cuanto a que no hay un sistema infalible para limpiarlo por completo.

“Al final, Bogotá debe pensar en otro tipo de soluciones internas en la ciudad para que no se mezclen tantas aguas de diversos usos, haciendo una separación y un tratamiento más efectivo y orientado”, concluyó el experto en agua.



Los ríos Torca, Salitre, Fucha y Tunjuelo

Punto aparte, más allá del río Bogotá, cuya descontaminación ha solido acaparar las miradas de la opinión pública tanto por su envergadura como por su costo (la última solicitud que hizo el Distrito de un cupo de endeudamiento contempla $2,8 billones para la construcción de la PTAR Canoas), ¿cuál es hoy el estado de los otros cuatro ríos, Torca, Salitre, Fucha y Tunjuelo, que transitan por la capital?

De acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Ambiente sobre la calidad hídrica de estos cuatro afluentes en la ciudad, al que EL NUEVO SIGLO tuvo acceso, en el transcurso del último año ninguno de estos cuatro caudales presentó una calidad del agua en nivel pobre.

El Índice de Calidad del Agua evidencia el avance que han tenido algunos tramos de los ríos de la ciudad a la luz del Plan Distrital de Desarrollo, en donde una de las metas a este respecto es alcanzar 41 kilómetros con calidad del agua aceptable, buena o excelente. Tomando como línea base 26,95 km, hasta el momento se ha avanzado en 4,1 kilómetros.

Vale referir que estas mediciones las ha hecho la Secretaría de Ambiente basada en el índice WQI (Water Quality Index), el cual evalúa la calidad del agua en una escala de 0 a 100, siendo de 0 a 44 pobre; entre 45 y 64 marginal; 65 y 79 aceptable; 80 a 94 buena; entre 95 y 100 excelente.

Monitoreo y control de la Secretaría

De acuerdo con la cartera ambiental, estos resultados han sido producto de la implementación de una serie de acciones tales como el control de vertimientos a la red de alcantarillado, y a la evaluación, control y seguimiento que se ha hecho sobre los usuarios que generan afectación al recurso hídrico subterráneo y superficial en la capital.

Así, y considerando que las intervenciones de la Secretaría consisten en hacerle mediciones a la calidad del agua así como control y seguimiento a empresas que generan vertimientos que contaminan los ríos, en el último año se han desarrollado más de 1.800 monitoreos, de los cuales más de 550 corresponden a vertimientos generados por sectores productivos, para verificar el cumplimiento de la normatividad ambiental.

A este respecto vale referir que la meta que se trazó esta Administración, para el periodo 2021-2023, es desarrollar más de 4.400 monitoreos, para un promedio aproximado de 1.480 por año, lo que significa un mayor esfuerzo con relación a la actividad adelantada en años anteriores.

Para tal efecto, en total la Secretaría de Ambiente cuenta con 30 estaciones o puntos en los que se hacen mediciones sobre los cuatro ríos principales. Más específicamente, en el río Salitre hay seis puntos; en Fucha, ocho; en Tunjuelo, 10; y en Torca cuatro puntos. Con esos puntos trazados, la Secretaría hace un muestreo y mide las variables de PH, conductividad, oxígeno disuelto, temperatura del agua y temperatura ambiente, entre otras.

Por lo mismo, en el 2021 se abrieron 355 procesos sancionatorios por presunto incumplimiento de la norma en materia de vertimientos y se impusieron ocho sanciones que superaron los $651 millones.

“Durante los próximos dos años esperamos que se desarrollen más de 4.400 monitoreos y hacemos un llamado a los establecimientos comerciales, de servicios, industriales para que cumplan las normas ambientales y los valores de referencia para vertimientos al sistema de alcantarillado”, reiteró ayer a este medio la Secretaría de Ambiente. La entidad señaló que durante el último año se beneficiaron más de 260 mil ciudadanos de las diversas localidades con los procesos de educación ambiental, y a través de las Comisiones Ambientales Locales se han hecho 89 acciones de participación como jornadas de limpieza, embellecimiento y plantaciones, a las que se han vinculado más de 21 mil personas.

También se determina el caudal, es decir, la cantidad de agua que pasa, y posteriormente todas las variables se analizan en un laboratorio y los datos se estudian para verificar el estado del recurso hídrico.