La urgencia de reactivar la economía en plena crisis | El Nuevo Siglo
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Sábado, 4 de Abril de 2020
Redacción Economía

No se descarta que el país deba acudir al financiamiento externo, tanto del Banco Mundial como del FMI, para poder atender los requerimientos de empujar el aparato productivo y controlar la emergencia por la Covid-19

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En medio de la crisis que vive el país, la economía ha seguido funcionando a marchas forzadas con una pérdida considerable de recursos pero, con el aliciente que se está trabajando para no dejarla llegar al piso. Hoy, no se trata de escoger entre economía y salud, porque uno depende del otro, como lo han especulado algunos analistas.

Una muestra de ello, es que a pesar que los indicadores macroeconómicos hoy muestran un panorama irreal hasta hace dos meses, donde se prevé que el crecimiento de este año puede rondar entre 0,5% y el 1% dependiendo del tiempo que dure el confinamiento obligatorio, hay varios sectores que están empujando para reactivar la economía, como lo es el de los servicios, el cafetero en plena actividad y sin duda, el petrolero.

A pesar del acoso al que está sometida Colombia con las calificadoras, que en plena crisis bajan la nota de la deuda soberana, como para cerrarle todas las puertas al país, y solo tienen el espejo puesto en la regla fiscal, como si esto fuera lo más importante hoy, la economía colombiana era la que más estaba creciendo en la región con 3,3% y hasta enero, el panorama señalaba que este año se podría llegar fácilmente al 3,5%. Pero sobrevino lo peor y ahora todo se ha trastocado. Pero como se dice popularmente, hasta del peor mal algo se puede salvar y eso es lo que está haciendo el país.

 

La fortaleza

Precisamente esa fortaleza que venía mostrando la economía es lo que ahora le sirve para poder manejar un esquema optimista en medio de la crisis. Si no fuera por ese crecimiento hasta diciembre del 2019, hoy se vería un panorama totalmente negativo. Pero de esos ahorros es que la economía colombiana puede salir adelante con fundamentos y uno de ellos, que se abre paso, es echar mano del crédito contingente que tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de US$11.000 millones.

Como bien lo dice el exministro, Mauricio Cárdenas, en un análisis, “este es un país que siempre mira para adelante y no me cabe duda que el rebote que tendrá la economía colombiana, surtido este desastre, va a ser muy importante. Lo digo porque los planes de inversión al comenzar el año eran los más ambiciosos de la última década, el primer trimestre fue muy bueno y esos planes de inversión, en una gran proporción, van a arrancar muy rápido”.

Sostiene el exministro que “lo más importante en este punto es evitar medidas económicas que puedan empeorar las cosas. Las circunstancias nos obligan a actuar con audacia, pero con gran responsabilidad”.

 

Más deuda

Incluso, ya el propio ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, dijo que “mientras tengamos muy claro cómo se paga la deuda que la crisis nos forzó a tomar, los fundamentales de la economía serán idénticos a la salida de la crisis dentro de unos meses. En contextos económicos como el actual, no hay más remedio que elevar la deuda y eso es así en todos los países del mundo.

Sostiene Carrasquilla que, “lo importante es tener claro que esa nueva deuda se debe pagar lo más rápido posible, una vez hayamos superado la crisis, y que el plan para hacerlo debe ser muy claro, preciso y se tiene que cumplir al pie de la letra. Este principio sencillo pero inapelable es el eje de lo que le presentaremos al país en el mes de junio en el nuevo marco fiscal de mediano plazo.

Sin duda, todos los sectores están tratando de encontrar rápidamente una hoja de ruta para reanimar la economía y sacarla del coma que indujo la pandemia. A su vez, el Gobierno nacional deberá pensar en grande, porque si no de dónde saldrán los recursos, para el plan de emergencia y recuperación que costaría entre $50 y $60 billones, es decir el 5% del PIB.

Todos coinciden que la economía se puede reactivar rápidamente, porque de no ser así será peor para las firmas grandes, medianas y pequeñas, cuyo horizonte de supervivencia no se ve más allá del corto plazo.

Por su parte, el exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, considera que es hora de apoyar al Gobierno. “Hoy sería un momento en el cual los señores Santos, Uribe, Vargas Lleras, Gaviria, debían ponerse detrás del Presidente de la República, poner sus egoísmos abajo y decir “qué necesita señor Presidente” y todo el mundo ayudar, para en los próximos seis meses, en un periodo especial, sacar el país al otro lado”.

Sostienen los analistas que, ahora las prioridades son salvar la economía y el aparato productivo. Por eso, la decisión de Fitch esta semana de bajar la calificación de Colombia y poner al país al borde de perder el grado de inversión no fue bien recibida ni por ortodoxos ni por heterodoxos, que creen que no es momento para estar pidiendo austeridad y exigiendo la cartilla al pie de la letra.

 

Las señales

Sobre el endeudamiento, el exministro, Mauricio Cárdenas, ha expresado abiertamente su oposición, pues considera que sería una muy mala señal para el mercado. Pero a su vez, Luis Fernando Mejía de Fedesarrollo, cree que esta debería ser la última opción del Gobierno, aunque dada la situación, no la descarta.

Por su parte, el exministro Carlos Caballero Argáez, cree que el Gobierno tiene que acudir a todas las formas de lucha y acopiar recursos de todas las fuentes posibles, ya sea endeudándose con las administraciones locales (como ya lo hizo para recoger los primeros $15 billones) o cambiando el destino de fuentes como las regalías, así sea de manera temporal. Además, acudir a créditos con las entidades multilaterales y, en última instancia, pedirle el crédito al Emisor.

En principio, los $15 billones anunciados por el Ministerio de Hacienda para paliar la crisis, parecen ser solo la cuota inicial de lo que se necesita.

Solo el sector de la construcción dice que tiene represados casi 5% del PIB en proyectos de inversión para levantar viviendas y oficinas.

El excodirector del Emisor y economista, Salomón Kalmanovitz, señala que sea van a necesitar por lo menos $60 billones para cubrir los costos, que van desde la ayuda humanitaria hasta medidas para salvar el empleo y evitar que se quiebren muchas compañías.

Muchos señalan que una primera fuente de financiación sería el mercado interno. Esto es, básicamente, a través de la emisión de TES por parte del Gobierno central, que serían comprados por el Banco de la República o por inversionistas institucionales. Otra opción es que el Emisor le preste dinero al Gobierno. Es decir, que emita para solucionar las necesidades fiscales.

Muchos economistas advierten que el Banco de la República le debe dar  la mano al Gobierno. Esto se requiere ya.