Momento de concertar | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Abril de 2019

Es cierto que lo difícil de un plan es cumplirlo y también que, recordando a Séneca, “No hay viento favorable para el barco que no sabe a dónde va”. El Plan Nacional de Desarrollo, el Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad, está en plena discusión en el Congreso, como hoja de ruta del Presidente Duque para los próximos cuatro años, bajo la presión de ser aprobado en un mes y evitar su determinación por decreto, cuando todavía las fichas del tablero de apoyos y oposición, en un  país emocionalmente polarizado, están por acoplarse.

Para Álvaro Gómez Hurtado, “la planeación es el gran momento de la concertación”. La planificación es precisamente uno de los puntos claves de su Acuerdo sobre lo Fundamental, porque ésta le da su esencia. Hoy se habla de diálogo colectivo, diálogo constructivo. Concertar es la acción de convenir, ajustar, pactar y como tal se alimenta de puntos dispares.

En el trasfondo, para quienes están en la oposición, la concertación resulta ser la mejor de las cartas cuando realmente se quiere ser parte de la disrupción, la visión y el rumbo. Reconocida democráticamente la tripulación, el as no está en oponerse o abstenerse a la estrategia que marca el derrotero de la nación en los próximos años, más cuando ésta no hace trizas sus principios constitucionales ni el Estado de Derecho y tampoco  el modelo económico vigente.

El Pacto por la Equidad es cuestión de todos. Sus pilares de la legalidad y el emprendimiento, gustan a cualquiera, como bases para generar una mayor equidad en oportunidades y menores brechas, especialmente las regionales.

El Plan “implica ponerse de acuerdo en un gran pacto en donde concurren las inversiones públicas y privadas y los esfuerzos de los diferentes niveles de gobierno para que, como Estado, definamos el conjunto de prioridades, que generarán la verdadera transformación”.

No es de extrañar que se hable del Plan de Desarrollo como una colcha de retazos. De hecho al texto original que presentó el gobierno tenía más de 180 artículos y  terminó en los debates de comisiones con 311 artículos y eso que no cuentan cada una de las frases meticulosamente añadidas a las Bases del Plan, que se suman por temor a dejar por fuera cualquier mínimo asunto que impida luego desarrollar un propósito de política pública. Se trata de concertar y participar en el “focus” del país. Finalmente, un Presidente se mide por el alcance de su Plan de Desarrollo, que entre otras debería ser pan comido de cada colombiano.

Donde sí debería estar de pies y cabeza la oposición es en el seguimiento del Plan. Y por supuesto también el gobierno y quienes lo apoyan. Un  cuidadoso seguimiento a las metas, los indicadores y a los proyectos de infraestructura, es lo vital. Bien se sabe que los ríos hondos corren en silencio. El plan es el deseo y la implementación es su trayecto. En la evaluación es dónde, unos y otros, juegan un papel crucial. Se trata de hacer patria, la concertación la fortalece. 

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

 uribemariaelisa@gmail.com