Obras de arte en busca de justicia llegan a Fragmentos | El Nuevo Siglo
Se trata de dos muestras artísticas que hacen frente a la barbarie y reflexionan sobre el abandono de las instituciones en la búsqueda de la justicia en Colombia.
Foto @fragmentosarteymemoria
Lunes, 18 de Abril de 2022
Redacción Cultura

“Leviatán”, del artista colombiano Pablo Mora, y “Aún tendría que haber luciérnagas”, del chileno Fernando Prats, esta última con la curaduría de Varinia Brodsky Zimmermann, son las nuevas exposiciones de Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria.

A partir del 21 de este mes y hasta el 14 de julio, los visitantes al espacio podrán recorrer las propuestas artísticas ganadoras de la tercera edición de la convocatoria de Fragmentos en sus dos modalidades: artista emergente y artista con larga trayectoria. Las propuestas fueron seleccionadas por un destacado grupo de jurados integrado por Julieta González, curadora e investigadora (Venezuela); Nelly Richards, teórica cultural y crítica (Francia); y Daniel Castro Benítez, director del Museo Nacional de Colombia desde el 2015 al 2021.

“Aún tendría que haber luciérnagas”

Fernando Prats invita a reflexionar desde la fragilidad humana y la resistencia de los pueblos que hacen frente a la barbarie. A partir de una investigación situada en Buenaventura, la obra de Prats propone una ruta que dialoga con el contramonumento Fragmentos y presenta el reconocimiento de la tragedia de la desaparición forzada desde la vinculación con la comunidad de víctimas y sus testimonios.

“El título de esta exposición nos presenta la imagen de una última esperanza que, en este caso, me pareció pertinente desde la problemática de la desaparición forzada. Este es un drama que transgrede a nuestro continente latinoamericano y es desde ahí que situamos esta propuesta. La frase corresponde a una cita del poeta Paul Celan de la serie de poemas ‘Soles filamentos’ (1968), quien ha sido un referente en mi trabajo, sobre todo para referirme a cuestiones vinculadas a temáticas de memoria. Las luciérnagas pueden simbolizar una luminosidad que, entre la oscuridad de estos hechos, nos sirve de metáfora para evocar la conciencia en torno a las resistencias, el valor de la vida y la necesaria defensa de los derechos humanos”, afirma Fernando Prats.

Por su parte, la curadora Varinia Brodsky Zimmermann reflexiona sobre la exposición: “La agonía se expresa desde la fragilidad humana, pero también desde la resistencia de los pueblos que hacen frente a la barbarie. La desaparición de las luciérnagas, debida al desarrollo progresivo de nuestras sociedades, es una buena metáfora para aludir a la inminente extinción de la especie como resultado de un sistema de vida con excesos de toda índole. Las luciérnagas en extinción, como cuerpo poético, aluden a la 'desaparición' del ser y de las comunidades, y también evocan el fin de la esperanza o, en contraposición, su redención. Con ello, esta imagen nos interpela desde el debate entre la luz y la sombra, las tinieblas y la luminiscencia. Así, el aún nos permite mantener la dignidad de los pueblos supervivientes. Esta sobrevivencia resiste desde el poder de la palabra y se levanta en su esencia pudiendo subsistir al olvido”.



“Leviatán”

Leviatán” es el nombre con el que el filósofo Thomas Hobbes denomina al poder absoluto del Estado sobre sus súbditos, un poder que deriva del compromiso de este de brindar protección y seguridad a cambio de obediencia. Con el tiempo y con la aparición del Estado moderno secular, ese compromiso va mucho más allá de la seguridad, abarcando también la necesidad de justicia, igualdad, respeto por los derechos humanos y los valores democráticos.

El “Leviatán” de Pablo Mora encarna la memoria perdida de las víctimas. En su propuesta, presenta una instalación donde las estratificaciones de clips, como bancos de arena, encarnan un Estado "de tiempos eternos", un contra-archivo que evoca vidas perdidas por el conflicto o suspendidas entre solicitudes y situaciones que originan una injusticia sobre otra.

“Me interesa mucho el desmoronamiento y fragmentación de las instituciones políticas modernas y cómo ello afecta la vida de las personas, sobre todo en países como el nuestro, donde todavía esa institucionalidad está en construcción. Me inquieta este momento particular de la historia, porque emerge una especie de dislocación entre esas sociedades que todavía aspiran a lograr el proyecto liberal moderno y otras en las que ya ese proyecto empieza a resquebrajarse, sociedades que se van quedando sin piso. Estos fenómenos generan parte de la inestabilidad política contemporánea, sobre todo en Occidente; es el paso de sociedades estructuradas, jerarquizadas y formales a sociedades mucho más informales”, comenta Pablo Mora.