El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo presentará este jueves y viernes El sueño de la vida, una obra que estará a cargo de la compañía La Maldita Vanidad y es dirigida por Jorge Hugo Marín.
La obra, originalmente de Federico García Lorca, es una coproducción del Mayor y la compañía teatral que se podrá disfrutar en dos funciones, a partir de las 8:00 p.m. en el escenario bogotano.
“Si Federico García Lorca hubiera imaginado un paisaje donde hacer teatro resultara imposible, seguramente habría encontrado la forma de hacer prevalecer la escena”, afirma el Teatro Mayor.
Su última dramaturgia (inconclusa) es El sueño de la vida, obra que da testimonio de un grupo de artistas que inmersos en un contexto bélico anclado en la Guerra Civil española, se niegan a aceptar los desastres de la guerra como única realidad y a abandonar su representación de Sueño de una noche de verano.
La obra se trata de unos actores encerrados en un teatro vacío quienes frente a la imposibilidad de hacer su representación por la guerra se niegan a que el teatro pare.
Partiendo de ese antecedente La Fundación La Maldita Vanidad Teatro propone una versión adaptada de la obra inconclusa de Federico García Lorca, El sueño de la vida, con un elenco de nueve actores en donde el público estará ubicado únicamente en los palcos, siendo el resto de la arquitectura del teatro la escenografía donde se desarrolla el montaje.
La puesta en escena contará con el talento de Alejandro Aguilar, Cristian Galvis, Ella Becerra, Jairo Camargo, Jennifer Ortiz, Miguel González, Patricia Tamayo, Saeed Pezeskhi, Wilson García.
Creada en el 2009, La Maldita Vanidad se ha convertido en un referente del teatro colombiano ante el mundo gracias a su propuesta artística. Sus espectáculos han sido el resultado del encuentro de un lenguaje específico cargado de hiperrealismo, que se caracteriza por la utilización de espacios no convencionales, la exposición de micro conflictos de la realidad colombiana, la utilización de una unidad de espacio y tiempo, la búsqueda de una narrativa que permanezca en el público, el uso de teatro de autor y espectáculos donde el espectador es un cómplice de la escena.