7 plazas fundacionales de la capital, alternativa para Semana Santa | El Nuevo Siglo
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Viernes, 19 de Marzo de 2021
Redacción Nacional

Para una ciudad como Bogotá, la Semana Santa siempre se ha constituido como uno de los periodos más apetecidos para el turismo y, aunque a diferencia del año pasado, este 2021 podrán hacerse recorridos y celebraciones religiosas (con bastantes restricciones), muchos se preguntan ¿qué sitios visitar sin que esto comprometa la salud pública?

En el marco de la invitación que hizo el Instituto Distrital de Turismo a los bogotanos, a que consuman los servicios turísticos de la misma ciudad, EL NUEVO SIGLO se hizo la siguiente pregunta: ¿Qué tanto conocen los bogotanos la historia de los entornos que habitan?

De las muchas plazas que tiene la capital, hay siete consideradas fundacionales pues su historia se remonta a la época precolombina. Estos espacios conjugan el pasado precolonial de cuando Bogotá era Bacatá, la capital de los Zipas, con la realidad de hoy.



La Candelaria/Plaza de Bolívar

La plaza de Bolívar fue fundada el 6 de agosto de 1538 por Gonzalo Jiménez de Quesada. En 1573 el rey Felipe II de España ordenó trazar las ciudades de América como una cuadrícula con la plaza principal en el centro, convirtiéndose en el corazón de Bogotá. En los siguientes años, pese al incendió que consumió el Palacio Virreinal en 1776 y a los disturbios que ocasionó la negativa de José González Llorente a prestarle un florero a un criollo el 20 de julio de 1810, esta plaza se siguió edificando, mientras siguió pasando por ella toda la historia patria colombiana.

En 1807 comenzó la construcción de la catedral primada de Bogotá y en 1819 Simón Bolívar y sus oficiales son recibidos por una multitud gracias a su gesta libertadora en este mismo lugar. Dos años después será renombrada como Plaza de la Constitución y varios años más tarde, en 1846, es reemplazado el mono de la pila (fuente central de la plaza construida en 1583), por la estatua de Simón Bolívar, busto que le dio su nombre definitivo.

En 1848 comienza la construcción del Capitolio Nacional sede del Congreso de la República, y en 1861 se eliminó el mercado tradicional que funcionaba en la misma. En 1903 pasaron los primeros carros por la Carrera séptima. El 7 de febrero de 1948 Jorge Eliecer Gaitán reza la oración por la paz frente a 60.000 personas y dos meses más tarde, cuando es asesinado, la plaza se convierte en escenario de la quema de tranvías y trincheras para los soldados durante el Bogotazo. En 1995 la plaza fue declarada Monumento Nacional de Colombia.

La Plaza fundacional de Usaquén

Durante el siglo XVII, Usaquén fue un territorio ocupado por las tribus indígenas Tibabitá, Teusacá, Tuisaque y Suaque. Tras el arribo de los españoles en 1539, los conquistadores lo llamaron Santa Bárbara quienes, 126 años más tarde, edificaron la iglesia que aún lleva el mismo nombre. En 1777 y por orden real, fueron suprimidos los resguardos y sus pobladores fueron movilizados a Soacha.

A pesar de los esfuerzos de los chibchas de Usaquén por huir de los españoles, su encuentro fue inevitable. La princesa Usaca fue conquistada y desposada por el Capitán, Juan María Cortés, a quien le fue asignado este territorio edificado a partir de la plaza con su tradicional trazado español.

En 1816 tropas del Ejército Patriota parten hacia los llanos orientales después de acampar en esta plaza y Usaquén, en 1852, es elegido como municipio. 9 años más tarde se desarrolla la batalla de Usaquén, tras lo cual el general Tomás Cipriano de Mosquera asume el gobierno del país. Durante el siglo XIX las tropas del ejército libertador, comandadas por el general francés Miguel Serviéz y el coronel Francisco de Paula Santander acamparon en esta icónica plaza.



Plaza fundacional de Suba

En el periodo precolombino Suba (nombre indígena para la quinua), fue un cacicazgo o principado de los muiscas. Durante la conquista, Suba era un caserío habitado por 50 personas que vivían en 15 casas de paja y barro. En 1538, con la colonización Suba pasó a ser un resguardo indígena y en 1550 los encomenderos, Antonio Díaz de Cardoso y Hernán Vanegas Castillo fundaron este territorio.

Desde entonces los terrenos indígenas pasaron a ser propiedad de los comendadores españoles, quienes los heredaron a sus hijos y estos a los jesuitas. Por orden del rey Carlos III, los terrenos fueron expropiados a esta comunidad religiosa y pasaron a ser negociados en subasta pública. Fue así como se dividieron y distribuyeron por herencia o por venta pública.

Hasta 1875 Suba fue declarada municipio mediante Decreto 198 del Estado Soberano y a finales del siglo XX, en 1992 el Cabildo muisca de Suba fue reconocido por la Alcaldía de Bogotá de acuerdo con la Ley 89 de 1890.

Plaza fundacional de Bosa

Uno de los episodios más dramáticos de la historia muisca se vivió en la plaza fundacional de Bosa cuando, por orden de Gonzalo Jiménez de Quesada, en 1539 fueron ahorcados el zipa Zacuesazipa, Cuxinimpaba y Cucinimegua, herederos legítimos del trono de Tisquesusa. Dos décadas más tarde las tierras de Bosa fueron asignadas al encomendero Pedro de Colmenares, quien las tuvo a cargo hasta su muerte en 1595.

En 1713 comenzó la construcción del puente de Bosa sobre el río Tunjuelo, uno de los primeros puentes virreinales edificados en Bogotá, y en 1850 se disolvió el resguardo indígena de esta localidad. Tres años más tarde tuvo lugar la batalla de Bosa en la que Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López y Pedro Alcántara Herrán lucharon contra la dictadura de José María Melo. El duro trabajo al cual fueron sometidos los indígenas de la encomienda de Bosa dio como resultado la reducción de su población, y en 1779 el número de indígenas sobrevivientes en Bosa era de 470.

Plaza fundacional de Usme

El nombre de Usme provino de Usminia, una jovencita ligada sentimentalmente a los caciques de la antigua Bacatá y a la palabra muisca us-me (nido de amor). En el siglo XIX, durante la época de la reconquista española, un patriota de apellido Sierra organizó en Usme una guerrilla independentista que fue disuelta por las tropas realistas, cuyo líder fue fusilado por orden de Juan Sámano.



Plaza Fundacional de Engativá

El 22 de mayo de 1537, luego de que los indígenas que habitaban las tierras de Engativá fueron derrotados por los españoles, Diego Romero de Aguilar fundó el pueblo de indígenas o de encomienda.  

En 1556 fue asignado como cura doctrinero Juan López, de la orden de los dominicos, y casi un siglo más tarde, en 1638 comenzó a edificarse, en nombre del papa Clemente XII la parroquia de Engativá, que en el año 1737, se convirtió en el santuario de Nuestra Señora de los Dolores.

Plaza fundacional de Fontibón

Con una marcada tradición religiosa, en 1538 Fontibón fue nombrado Pueblo de la Real Corona y poco después de que fuera elevado a parroquia en 1585, se convirtió en el centro de la actividad evangelizadora del país. En 1594 la orden de los Franciscanos llegaron al territorio y en 1599 el arzobispo Lobo Guerrero ordenó el destierro de 80 sacerdotes muiscas.

En 1606 comenzó la campaña de evangelización que prohibía que blancos, mestizos y mulatos consultaran chamanes, y quien lo hicieran sería excomulgado. En 1608, en la plaza de Fontibón se llevó acabo la primera expresión de la fiesta de Corpus Christi en la Nueva Granada. A partir del siglo XVI los españoles aprovecharon este lugar estratégico para transportar mercancías, viajar hacia el río Magdalena y usarlo como la principal salida hacia los puertos del país.